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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
DOCUMENTO 51
(Al margen: Copia.— Respuesta certificada que dio don José Campino
Corregidor de Chumvivilcas al oficio del Yntendente del Cuzco don Benito
Mata Linares).
Don N. etcetera.—
Certifico en quanto puedo y en verdad de la obligacion que por mi car-
go tengo jurada de proceder en el mejor servicio del Rey y con la verdad que
debo, que caminando con animo de ir a Cotaguase por el camino de Chuqui-
bamba por la Cordillera de Caylloma disfrazado para ocultarme de mis pro-
pios provincianos que me perseguian y de los yndios del Rebelde que iban a
entrar en Caylloma, encontré con un mozo que me dijo llamarse Julian Florez
vecino de Pichigua en la provincia de Tinta quien llebaba el mismo camino
conmigo. Este me refirio haber sido cobrador primero en los pueblos altos del
malogrado corregidor don Antonio de Arriaga con carta del qual lo hizo venir
el revelde Josef Gabriel a Tongasuca en donde presencio la ejecucion de aque-
lla muerte. Que despues logró la estimacion de dicho tirano, mediante sus
sumisiones con que lo engaño hasta haberle merecido la confianza de haberlo
embiado a hacer nuebas lebas de gente cuio pretexto le sirbio para ejecutar la
huida que en aquella ocasion hacia, si bien se había visto en muchos atrensos
para escaparse despues por que el Rebelde habiendo sabido que no le hera fiel
lo había embiado a aprehender con mucha gente de la qual se libró entrandose
en una caberna o chingana oculta con mucho riesgo y susto. Con este motibo
hablamos de la desgracia del citado Arriaga y de los enrredos que precedieron
entre él y el ylustrisimo señor Obispo del Cuzco doctor don Juan Manuel de
Moscoso y Peralta y entonces el citado Flores me dijo haver visto una carta
de su ylustrisima que les enseñó Josef Gabriel en la puerta de la yglesia al
mismo y a otros de sus capitanes en la que su ylustrisima le daba gracias por
la muerte que se habia dado al mencionado Arriaga. Yo horrorizado de estas
expresiones las reprobé por mil modos por que verdaderamente nunca me
parecio factible de que un obispo de la Yglesia de Dios perpetrase tan grande
atentado como aprobar y dar gracias al agresor de aquella maldad, pues aun
en un particular fuera la cosa mas reprehensible e indigna, le añadi que seria
nueba maliciosa invencion del Ynsurgente fingiendo tal carta para contextar
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