Page 204 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 10º
            dixo que del anexo de la doctrina de Checa havia quitado el cedulon, y que no
            balia para nada, pero no obstante esto se le apartaron todos los mestizos de la
            provincia de Chumbibilcas que heran mas de setecientos, diciendo que iban al
            Cuzco a confesarse y a hacerse absolver; de lo que enfurecido Jose Gabriel
            dixo; que el primer castigado quando entrase en el Cuzco havia de ser vuesa
            señoria ylustrisima y que su consuelo hera que los mismos yndios y mestizos
            que se le havian separado por su causa se lo havian de entregar para cortarle la
            cabeza.— A la sexta respondo que es mui evidente que vuesa señoria ylustri-
            sima repetía cartas pastorales a los curas para que no se moviesen de sus doc-
            trinas y avisasen todos los movimientos del Rebelde y una de estas, que iba
            dirigida al Cura de Urcos don Pedro Santistevan la intercepto y hechó muchas
            palabras injuriosas contra vuesa señoría ylustrisima y lo mismo en otras varias
            ocasiones que recibia cartas de su muger Micaela Bastidas en que le abisaba
            que vuesa señoria ylustrisima embiaba de proprios a los clerigos para que sir-
            biesen de atalaya, y le abisasen a vuesa señoria ylustrisima y a la Junta de Gue-
            rra todo lo que pasaba y que por vuesa señoria ylustrisima cerraban los curas
            sus yglesias, y no querian dar misa ni sacramento a los yndios de su parte.— A
            la septima pregunta digo que el Rebelde tenia por tan cierto que vuesa señoria
            ylustrisima le hacia mucha guerra que quando parlaba conmigo haciendo pa-
            raisos de coronarse en el Cuzco su primera determinacion hera cortar la cabe-
            za de Vesa señoria ylustrisima, y su muger en las cartas que le escrivia siempre
            le decia que vivia con el maior cuidado por que el Obispo y la Junta de Guerra
            sabian todo lo que se hacia. Ynfinitas heran las cartas que tenia el Yndio de
            todas las provincias y del Cuzco, y estas iban sin firmas todas las leia yo, por
            que nada me ocultaba el Rebelde y siempre conocí que heran dictadas de yn-
            dios y de gente ignorante en que le venian avisando que vuesa señoria ylustri-
            sima tenía aquartelados a todos sus clerigos frailes y colegiales vandera mora-
            da y en ella pintado el Señor de los Temblores y al otro lado el Rey. Que vuesa
            señoria ylustrisima salio con corona de espinas en Procesion de Sangre, y que
            lloraba vuesa señoria ylustrisima, que havia mandado hacer misiones, y que
            estaba haciendo poner trincheras en el sementerio de su cathedral, y luego que
            acabamos de leer las cartas se sonrreia el Yndio y con colera decia ved que
            podra hacer el Obispo con sus pobres clerigos que luego que entremos al Cuz-
            co no tenemos ni para empesar con ellos, porque aunque fueran mui valero-
            sos, que han de hacer con cien mil hombres que tenemos.— Quando vino el
            Rebelde a invadir la ciudad del Cuzco y plantó su fuerte en el cerro de Piccho,



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