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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
satisfaccion los puestos de Churuc, y Cutuctay, por donde especialmente ame-
nazaban los enemigos dar el asalto manteniendo a su costa, y sin gravar al pú-
blico en el tiempo de dos meses que duró aquella batalla a todos los ocupados,
siendo al mismo paso su trabajo continuo en rodear aquellos sitios, remudar
las guardias, y escribir con frecuencia al Corregidor las noticias de lo que dia-
riamente ocurría, predicando continuamente a sus Indios, y persuadiéndoles
en conversaciones privadas, y públicas la obligacion que en el fuero de con-
ciencia tenían de rendir sus vidas en servicios de la Real Persona; y finalmente,
que sabiendo que el rebelde con sus numerosísimas tropas venía a la Ciudad
del Cuzco a presentar batalla, libró dicho Corregidor orden para que la gen-
te de su doctrina pasase a guardar los sitios extramuros de la Ciudad; y que
en el dia que se partieron, por no haber de pronto quien diera los sueldos
repartió dicho Párroco crecido número de pesos, dando a cada indivíduo a
proporción de su empleo, distribuyendo igualmente para el matalotage com-
petente porcion de maíz, y trigo, cuya suma ascendía a mil quinientos pesos,
poco más ó menos, con cuyo auxilio ocupó aquel día su gente con las pocas
armas de palos, ondas, y lanzas que había en aquellos puestos, manteniendose
el enemigo, aun después de derrotado, cerca de veinte días, en los cuales no
cesó de socorrerles, enviándoles aún los pabellones de su uso para tiendas de
los suyos; siendo asi mismo de conocida literatura, y desinteres, y muy exacto
en el cumplimiento de su ministerio, predicando todos los dias de fiesta, y
enseñando diariamente a los niños la Doctrina Christian a, dedicado al culto
divino, aseo, adorno, y decencia de sus Iglesias, sin gravamen de tercero, y
sin incurrir en la nota de ambicion en su manejo, cuyas circunstancias hizo
presente el citado Corregidor para que S. M. se sirva dispensarle las gracias, y
mercedes que fueren de su Real agrado.
»Asimismo resulta que, precedido el regular concurso, le propuso el
Reverendo Obispo del Cuzco, y le presentó el Virrey, como Vice-Patrono Real,
para el Curato de San Christobal, Parroquia de la misma Ciudad del Cuzco,
del qual se le dió Colación, y Canónica Institucion en tres de septiembre de
mil setecientos ochenta y seis fue nombrado, en atencion a sus buenas cua-
lidades de juicio, y prudencia, por Examinador Sinodal de aquel Obispado,
continuando en el servicio de dicho Curato hasta que, precedido otro concur-
so en iguales términos que el anterior, se le confirió el del Hospital de Natura-
les de la propia Ciudad».
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