Page 874 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen 4
Conclusión de la rebelión
Ultimamente a quantas expediciones se han dirigido de esta Ciudad concer-
nientes a la tranquilidad del Reyno, ha acompañado este fiel Vasallo de V. M.,
borrando con sus laudables hechos la fea mancha que a esta Nacion pusieron
los desbarros de un fanático. Todo lo que me ha parecido representar a V. M.
en obsequio de la justicia. Nuestro Señor guarde &.
INFORME DEL CABILDO DE LA CATEDRAL
Señor. Son tantos, y tan distinguidos, y oportunos los servicios que ha
hecho a V. M. y a su Real Corona el Coronel D. Mateo Pumacahua, Cacique,
Gobernador del Pueblo de Chinchero, Provincia de Calca, que no puede nues-
tro reconocimiento, y el de todo esta Ciudad dexar de manifestarlos á V. M.
en la pasada rebelion de los Indios de las Provincias de este Obispado, que dió
principio el dia diez de Noviembre del año pasado de mil setecientos ochenta,
que ha dado mérito a la sangrienta guerra que por cerca de dos años ha fati-
gado este Perú, agitada a impulsos del infame Joseph Gabriel Tupac Amaro,
Cacique de Tungasuca, Provincia de Tinta, en que despues de haber anegado
en sangre la mayor parte de las Ciudades, y Pueblos de estos Dominios de V.
M., pretendia sin duda fundar un nuevo Imperio, o hacer revivir el antiguo de
los Incas sus pretendidos mayores. En estas críticas circunstancias fue de los
primeros en tomar las armas para manifestar la lealtad y amor a V. M. el ex-
presado D. Mateo Pumacahua, haciendo reclutar con prontitud la gente de su
Pueblo de diez años arriba, los armó, y disciplinó en breve tiempo, mandando
igualmente levantar dos horcas para castigar, y aterrar a los rebeldes; y en la
misma forma de su motu propio, levantó bandera, y salió a campaña a unirse
con las tropas de V. M. que estaban situadas en el Pueblo de Huayllabam-
ba al mando del Coronel Marques de Rocafuerte, Corregidor de la Provincia
de Urubamba, con el fin de impedir a los insurgentes en el ingreso en dicha
Provincia, sobre cuyo asunto tuvieron tres funciones consecutivas, quedando
la victoria por las armas de V. M. en las que se distinguió D. Mateo con sus
soldados indios, tomando las alturas de los cerros, y cayendo con valor sobre
los enemigos, los precipitó, y precisó á la fuga con estragos, y muertes de mu-
chos. Con el mismo espíritu pasó al Pueblo de Calca en socorro de los vecinos
Españoles, que estaban oprimidos de la multitud de los rebeldes; pero quando
llegó le hallaron asolado, destruido, y abrasado, muertos con inhumana fiere-
za hombres, mugeres, y hasta niños de pecho, sacando muchos de ellos de los
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