Page 868 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen  4
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            que tenia formados, tomó dicho Don Joseph de Rezaval la muy penosa fati-
            ga de copiar por sí mismo aquellos quadernos para facilitar su inteligencia,
            la qual era sumamente dificil, no solo por estar de una letra muy menuda,
            y mal formada, sino tambien con frequentes llamadas, y enmiendas; cuyas
            copias sacó, anotando al mismo tiempo las palabras dudosas, y haciendo las
            demas advertencias que consideró conducentes a facilitar el conocimiento de
            los nombres supuestos, así en ambas relaciones como en una carta Francesa
            que traduxo, haciéndose cargo de todo en el informe de seis de Marzo con
            que pasó aquellos papeles á la Sala del Crímen, que mandó sacar testimonio
            de los enunciados quadernos, y copias, el qual ocupó muchos folios; y pasado
            todo al Virrey, comisionó al propio Rezaval para que el reo los conociese: cuyo
            inteligencia actuó por sí, y ante sí, atendiendo al sigilo que requeria su calidad.
            Al tiempo del reconocimiento tuvo la feliz ocurrencia de registrar el infierni-
            llo (ó calabozo) en que se tenía al reo; y aunque á la primera inspeccion no
            se le encontró cosa alguna sospechosa, repitiendo otro reconocimiento mas
            cuidadoso, se hallaron dos barrenas, varios clavos, un cuchillo, y una escala
            armada con cordeles y palos en disposicion de poder subir con ella á la torre
            mas alta, con cuyo motivo, puesto en mayor resguardo el reo, se formaron
            abultados autos para la averiguacion de los cómplices, los que con efecto se
            descubrieron, como asimismo su correspondencia por cartas con algunos de
            fuera de la Cárcel, para executar la fuga, y pasar a la Provincia de Huamalies,
            en donde tenian hecha liga para sublevarla (lo que sin duda hubiera dificulta-
            do la pacificación del Reyno por la gran cavilosidad, instruccion, y audacia de
            aquellos delincuentes); en cuyo estado pasó Razaval los autos con un puntual
            dilatado informe, así de la causa principal, como de esta incidencia, al Virrey,
            quien lo remitió á la Sala del Crimen. Por otra particular comision entendió
            en la formacion de unos autos para el descubrimiento de unos monederos
            falsos, cuyas diligencias fueron bastante prolixas. Por otra parte formalizó, y
            substanció una causa contra Melchor Soria, salteador de caminos, por el ho-
            micidio de uno de los soldados, que de resultas de haberse huido de la cárcel,
            salieron á prenderle en cuya causa procedió con tan extraordinaria actividad,
            que la concluyó en tres dias, y á los cinco se puso al reo en la Capilla.
                    Tambien formó en Junio de mil setecientos ochenta y quatro la causa
            seguida contra una cuadrilla de ladrones, en la qual, sin embargo de ser de la
            quadrilla dos Eclesiásticos, un Sargento Mayor, y un Teniente de Milicias, au-
            mentarse las actuaciones con motivo de su respectivo fuero, ser bastantes los



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