Page 466 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen  4
                                                                      Conclusión de la rebelión
                    En este estado determiné bajar por la Quebrada del rio Umanata, o Es-
            coma, en donde se halla situada mucha parte de los indios de Ytalaque. Caminé
            por sus riberas, haciendoles quanto perjuicio se pudo segun merecian sus cri-
            menes, y llegando al Parage que llaman de las Balsas de Escoma, se aparecieron
            en algunos cerros porcion de indios que nos insultaron fiados en lo ventajoso
            del sitio, y en el río que mediaba. Por no dexarlos insolentes, con lo qual hice
            pasar a Dn. Mariano Ybañez con un Destacamento; y aunque corto porque solo
            se podia vadear con buenas cabalgaduras atacaron uno de los cerros, y no obs-
            tante su mucha aspereza, desalojaron a los enemigos con muerte de unos 50 y
            se les quitaron dos fusiles con que nos hacian fuego. Al mismo tiempo los Co-
            chabambinos que venian muy atras de la coluna tuvieron proporcion de pasar
            el rio, e igualmente derrotar otra partida de Rebeldes, mataron segun dixeron
            otros cinquenta.
                    Con esto se hizo tarde para seguir la marcha, y siendo la proporcion del
            sitio aparente campee aquella noche, y a la mañana siguiente 7 del corriente,
            estando disponiendome para seguir mi ruta, noté los cerros del dia anterior con
            numero crecido de indios, y uno que teniamos a la espalda con un cuerpo que
            parecia de 3 mil con vanderas varios instrumentos, y mucho griteria, e inmedia-
            tamente pasé a hacer reconocimiento del terreno para ver el mejor modo de ata-
            carlos; y haviendolo resuelto por tres partes, fui por la una, embie a Dn. Mariano
            Ybañez por la otra, y encargué al Comandante de Cochabamba con su tropa la
            otra; y haviendose puesto en practica sin perdida de momento, logré por donde
            yo iba superar en breve el cerro no obstante la obstinacion con que se defendian
            los rebeldes, y puesto en su vertice me halle con una dilatada Pampa en la que
            atacandolos nuevamente con viveza, se entregaron los contrarios enteramente
            a la fuga, y desorden, en la que les cargué con la mayor fuerza al mismo tiempo
            que la división de Ybañez hacia lo mismo por la suya.
                    La derrota fué absoluta; quedaron en el campo 800 indios muertos, mas
            de 100 lanzas, las 4 vanderas con que se presentaron, un fusil, y una carabina
            con que nos hacían fuego, y se les persiguió hasta que se desvaneció el cuerpo de
            ellos entre los cerros y quebradas. Muchos que quisieron huir a la otra banda del
            rio perecieron en sus aguas. La accion fue pronta y gloriosa, y huviera sido ter-
            minante si la coluna de Cochabamba cumpliendo el orden que se le dio subiera
            por donde debia, pues por su lado podía haver cortado enteramente la retirada
            a los enemigos; pero ni el Comandante, ni su tropa hizo lo que se les mandó; y
            algunos soldados que se dexaron ver en la accion subieron solamente hasta que



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