Page 348 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen 4
Conclusión de la rebelión
Preguntado: si sabe la causa de su asunto y comparecencia; dijo: que
infiere sea por una carta que escribió, con fecha en Yanaoca, por el mes de
Diciembre del año pasado de 1780 a Micaela Bastidas, mujer del rebelde José
Gabriel Túpac Amaru, Cacique que fue del pueblo de Tungasuca de la citada
provincia de Tinta. Preguntado: por qué escribió carta a una mujer que, a más
de ser una traidora al Rey Nuestro Señor, estaba excomulagada por la censura
que fulminó Su Señoría Ilustrísima contra ella, su marido y demás partidarios
suyos; y que por esto era indigna de que le comunicase y tratase con expre-
siones de estimación; dijo: que habiendo el confesante estado en grande ne-
cesidad de azúcar, supo que en el pueblo de Tungasuca se vendía este efecto, y
ocurrió por él a dicho Pueblo, dirigiendo propio con encargo y prevención de
que de ninguna manera le diese noticia a Micaela Bastidas, y mucho menos
a su marido; porque en tal caso se vería precisado a devolvérselo y tener un
lance bien pesado por los excesos del Rebelde; pero que habiendo después
sabido dicha Bastidas, por contingencia, que el pan de azúcar, por el que se
hizo el propio era para el confesante, y que éste resistía con todo empeño que
unos tres españoles de su pueblo, y el uno de ellos familiar suyo, nombrado
Don José de Becerra, hubiesen ido a llamada del Rebelde, se irritó, de suerte
que prorrumpió terribles amenazas, hasta resolver pasar a su Doctrina con
multitud de indios a extraer a los dichos españoles, para conducirlos a la ex-
pedición de Piccho; y en caso de resistencia matarlos, prender al confesante y
hacer otros excesos en su persona.
Que esta noticia se la comunicaron los mismos españoles consterna-
dos y con las lágrimas en los ojos, suplicándole tomase algún pretexto para
contener al Rebelde y mucho más su mujer, que era la que más fuerza ponía
en esta atención, no encontrando el confesante en medio de sus confusiones,
en un lugar que estaba en el centro de las llamas, rodeado de tantos bárbaros,
otro recurso que el de escribir la dicha carta de f… a fin de evitar tan grave
mal, como el de sacrificar aquellos pobres españoles, o permitir que fuesen a
Piccho en servicio del Rebelde contra las banderas de nuestro Soberano, diri-
gió dicha carta con las expresiones que le pudo dictar su turbación y conflicto;
pero de ningún modo con ánimo de complacer ni aprobar las inicuas ideas del
Rebelde y su mujer, que no es de creer en un eclesiástico que ha hecho a Dios
y al Rey notables servicios, los que hará constar en esta misma causa.
Que por lo que hace a la excomunión de dicho Rebelde, su familia y
secuaces, bien sabía el confesarte que, en virtud de la fulminada por Su
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