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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
haber quedado en el campo mas de 1,200 de su tropa, aun no ha basta-
do este exemplar para sosegar estos Barbaros, que solo parecen rendidos
quando se ven sin fuerzas. En la otra Vanda del Rio de Pisac se hallaba
actualmente seis mil de ellos con algunos fusiles, y piesas de Artilleria: y
habiendose destinado de este Quartel una tropa con mas de 30 hombres
al Comando de Dn. Miguel de Velasco, no pudo éste lograr ventaja, y se
retiró a esta Vanda del Pueblo de Urcos con perdida de 20 hombres, y
cinco fusiles. Lo mas doloroso es que aquella gente irritada bajó al Pue-
blo de Quiquijana, y mató quantos Vecinos habian quedado: como lo han
executado los rebeldes de Checcacupi luego que pasó el Sr. Ynspector Asi
mismo es muy sensible que todo el grueso de nuestra tropa que lleva este
Sr. se halla ya en Asilo en mucha distancia de esta Ciudad, sin que sea su-
ficiente la poca fuerza del Quartel para nuestra defensa, si esta se divide a
las Provincias que necesitan de socorro.
Los daños que nos ha dexado Tupac Amaro con su rebelión, no
caben en ponderacion. Las haciendas estan destruídas, sin aperos ni gente
que las cultive, porque todos andan en la Guerra, y muchos han muerto.
En las Estancias no hay Ganados ni los havra durante nuestra vida, a lo
menos en aquella copia que es necesaria para una Ciudad, y Diocesi de
esta grande Poblacion, y para otros Lugares que abastecian; ni hay cauda-
les que puedan reintegrar esta falta, ni aunque los huviera se hallan Gana-
dos que comprar. Todas las calamidades que se presentan a la considera-
cion tienden lutos sobre nuestros corazones, y no se descubre resquicio a
la esperanza.
Tal es el estado en que nos ha puesto dicha rebelion que tambien
ha sido causa de los perjuicios que reciben las Provincias y Vecinos de la
Ciudad con el libertinaje de los Soldados que mal disciplinados por ser
esta la primera vez que se toman Armas en esta America para una guerra
viva e intestina, se muestran acaso inobedientes a sus Gefes, y perjudican
a las tierras por donde pasan, robandalas, y talandolas sin perdonar al-
gunos templos, de modo que el mismo antidoto por vicio de particulares
se ha convertido en veneno. No hay duda que este desorden ha sido muy
antiguo, por ser el caracter de esta especie de gente propenso al robo: y
es preciso sufrirlo teniendo presente que mayores penas merece nuestra
ingratitud a las misericordias de Dios. Cuzco y Mayo 19 de 1781.
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