Page 789 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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El 14 encontré al cura de Santa Catalina, huido y á poco rato supe que
            aquel lugar estaba sublevado, y que se publicaban en él bandos y edictos en nom-
            bre de José Manuel (sic) Tupac-Amaru: lo mismo ha sucedido en las gobernacio-
            nes de Estarca y Tarina, aunque el Gobernador de la última no ha querido admi-
            tirlos ni obedecerlos, y ha logrado contener su pueblo.

                    Toda esta fermentación, y el haber adquirido noticias de que uno de los
            Cataris queria invadir esta provincia con un cuerpo considerable de indios, me
            hicieron determinar la detencion de la marcha, y concebir la idea de contener a
            los rebeldes, hasta que D. Ignacio Flores, (a quien he despachado un expreso) me
            avise de lo que debo egecutar: con la consideracion de que, siendo toda la provin-
            cia paso preciso para los correos y demas viageros de Jujuí á Potosi y la Plata, se
            interceptaba enteramente la comunicacion, y se imposibilitaba poder dar á V. E.
            los avisos necesarios, y el paso de los víveres que de continuo caminan á las dos
            citadas, si los amontinados se apoderaban del tránsito.

                    Atendiendo, pues, á todas estas circunstancias, y á la necesidad de que hay
            de mantener libre la comunicacion, resolví ponerme en marcha para el Tambo de
            Moraya, á donde llegué el mismo dia 16 por la tarde, y teniendo allí anticipadas
            las caballerias necesarias que me facilitó el citado pueblo de Mojo, se mudaron las
            en que ibamos montados; y forcé una marcha de diez leguas para amanecer el 17
            sobre este pueblo, que hice cercar con cuatro partidas mandadas por oficiales, á fín
            de que no entrase ni saliese nadie, mientras sorprendia con lo restante de la tropa
            á los principales agresores del levantamiento. En efecto, antes de las diez del dia
            se habia conseguido prenderlos a todos, y he mandado á D. Santiago Moreda les
            forme sumaria en términos militares, por carecer este pueblo de sugeto que pueda
            hacerla con las circunstancias de la justicia ordinaria.

                    Por D. Juan Domingo de Reguera, que ha llegado ahora fugitivo, y por
            otros avisos, acabo de saber que Damaso Catari se hallaba en el Ingenio del
            Oro, distante nueve leguas de este pueblo, y que ha saqueado los minerales
            de Vetillas, Tatasi, Portugalete y Chocaya, y que en estas correrias ha muerto
            hasta once personas: pero que habiendo sabido la llegada de tropa, le iban
            abandonando sus secuaces, y se disponia á hacer fuga con los pocos que le
            quedaban; por lo que he dispuesto salga inmediatamente D. José Villar con 15
            hombres de tropa veterana y 40 de la compañia de la villa de Tarija, y tambien
            el Sargento Mayor del regimiento de esta villa, con gente de su cuerpo, para
            que por distintos caminos se reunan y procedan la aprension del citado Catari,
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