Page 630 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
dar principio a la Junta de Guerra (que dicho señor Coronel y yo habíamos
tenido por combeniente combocar para la mayor confianza y acierto en
las determinaciones) Reciví a los citados bocales el juramento de fidelidad,
haciéndoles presentes las obligaciones a que quedavan sujetos y entrados de
ellas propuse.
Punto 1° Las obligaciones en que se halla constituído el vasallo de
qualquiera clase condición y estado, a favor de nuestro Rey y
señor Natural, la mucha más obligación en que se halla el oficial
de una compañía, pues disfruta el honor de tal, las de hacer
respectable el nombre de nuestro señor soberano y sus benerables
leyes, comunicadas a sus exércitos en las ordenanzas militares.
2. Lo atenuado del Real Herario, por los inmensos gastos presentes
ocacionados de la guerra en la Europa y América y los que
precisamente se impendían con las presentes rebueltas, por cuya
razón devían propender a que estos en el establecimiento de dos
compañías que se devían aquartelar, fuesen los más diminutivo, y
con la mayor equidad y que este era uno de los mejores medios para
acercarse a la gracia de Nuestro soberano.
3. Se leo el Superior Orden de Su Excelencia, con fecha 15 de Enero
del año que rije y el exsorto del Justicia Mayor de la provincia de
Parinacochas a toda la asamblea.
4. Se determinó en dicha junta que las dos compañías se establesiesen
sobre el pie de quarenta y seis plazas.
5. Que para la brevedad de su aquartelamiento, según se manda
en dicho superior orden, se sacase un número de hombres por
compañía de las del Regimiento, españoles de la mejor talla y
disposición, conducta y fidelidad y confianza de espíritu.
6. Se determinó por punto general, con reflexión a lo caro del país, que
el pret de los capitanes fuese el de treinta y cinco pesos mensuales,
el de los Thenientes veinte y seis, el de los subthenientes veinte; el de
los Sarjentos diez y seis, el de los Cabos catorce y el de los soldados
doce.
7. Se determinó se publicase un vando para que todos los individuos
de esta provincia, que tuviesen armas de fuego las presentasen, bajo
las penas de traydores al Rey y que para acopiar el mayor número
de ellas, exsortase a los padres Curas de la provincia, para que
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