Page 38 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Volumen 2
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                    Consta igualmente, que (h) aviendo llegado á Buenos-ayres, hallándose el
            teniente-general Don Jose de Andonaegui, Governador y Capitan General que fue
            de las Provincias del Rio de la Plata, precisado á pasar con la tropa de su mando,
            y Milicias, á sostener y traher á la obediencia del Rey, á los Indios del Uruguay,
            (Misiones de los Regulares de la Compañia) que andaban levantados, le nombró
            en once de Agosto de mil, setecientos, y cinquenta, y tres, por Capitan de una de
            las Compañías de Milicianos Forasteros, que formó para su defensa de aquella
            Plaza durante su ausencia, en atención á sus circunstancias y al honor con que
            havia desempeñado su comision de Capitan, y maestre de la nominada Fragata, y
            antecedentemente de otra nombrada Nuestra Señora de los Milagros.
                    Sirvió el referido empleo con el mayor zelo, y aplicacion, haciendo Guar-
            dias, Patrullas, y los demas exercicios conducentes al resguardo de la Ciudad de
            Buenos-ayres, su Castillo, y contornos, hasta el año siguiente de mil, setecientos, y
            cinquenta, y quatro, en que regresó á Cádiz con su Fragata San Antonio de Padua.
                    En el de mil, setecientos, y cincuenta, y seis, con licencia del Rey, de nueve
            de Noviembre de el de mil setecientos, y cincuenta y quatro, fletó el Navio nom-
            brado Nuestra Señora de Begoña, para el transporte de Tropas, municiones, y de-
            más pertrechos de guerra, de cuenta de la Real Hacienda, al Rio de la Plata, debaxo
            del mando del Teniente General Don Pedro de Cevallos, llevando á su bordo do-
            cientos, y setenta, y quatro plazas de Ynfanteria, y Dragones, y aviendose picado
            de escorbuto, se debió al celo y conocimiento de Don Antonio, el reparo de un
            mal tan grave, á cuyo efecto franqueó a los Soldados quantas provisiones llevaba
            en su particular, y hizo hacer los remedios mas eficaces, con que se logró el fin de
            desembarcarlos felizmente en Montevideo, y en estado de hacer el servicio, como
            fue preciso, á su llegada.
                    Que aviendo aprestado su Navio para el tornaviage en cumplimiento de
            su contrata, despues de concluida en veinte, y seis de Noviembre del año citado de
            mil, setecientos, y cinquenta y seis la descarga de las municiones, y pertrechos, que
            llevó de cuenta de la Real Hacienda, y presentadole en estado de navegar en dos
            de Enero del siguiente de mil, setecientos, y cinquenta, y siete, no se le despachó
            hasta el dia tres de Junio, en que se hizo á la vela, de cuya demora se le ocasionaron
            considerables perjuicios, por los malos temporales que en este tiempo reynan en
            aquellos mares, los quales lo obligaron, por no perderse, á arribar al  Rio Janeyro
            á repararse de sus quebrantos, donde por ellos se le excluyó de la navegacion, cau-
            sando este golpe la ruina total de sus caudales, y dependencias.





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