Page 46 - José de la Riva Aguero - Vol-2
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Volumen 2
Documentos varios
meros bienhechores de la patria y de la historia nacional y no han podido
evitar su ruina, por sólo el sacrilegio político de haber profanado el templo de
las leyes y el sagrario de todos los derechos sociales; Ud. además ha añadido el
ultraje más escandaloso en las personas de sus ministros sagrados. Creo pues
que Ud. no podrá resistir tampoco al estruendo que resuena por todas partes,
de todos los clamores de cuantos hombres tienen conciencia y buen sentido.
No dude Ud. que el suceso de Trujillo es la mancha más negra que tiene la
revolución y por consiguiente Ud. no debe esperar más que maldiciones en
América y juicios de desaprobación en Europa. Yo, sin embargo, ofrezco a Ud.
mi amistad y toda la protección que dependa de mis facultades, si Ud. quiere
aceptarlas. El coronel Urdaneta y el señor Galdiano llevan poderes para tran-
sigir con Ud. y los que le obedecen en esta ardua y horrible materia.
Es inevitable la ruina del Perú, si, en estas circunstancias, Ud, demora
un momento la aceptación de mis ofertas generosas; Ud. no puede aguardar
más sin ellas, que la esclavitud del Perú y después la persecusión de todos los
americanos en contra de Ud. La opinión pública será tan fuerte y tan constan-
te contra Ud. que no encontrará asilo ni en el fondo mismo de su conciencia.
Por supuesto, de ningún modo, mandará Ud. en Lima, ni los partidarios de
Ud. tampoco, porque todos nos armaremos en defensa del Perú. Si el enemigo
retorna al yugo la Patria, Ud. tampoco logrará el designio que aspira; por últi-
mo Ud. crea que ya no es posible que ninguna suerte propicia pueda alterar la
naturaleza de los principios del orden moral que Ud. ha hollado, y que serán
los más crueles enemigos que le perseguirán hasta el sepulcro.
Tenga Ud. la bondad, mi querido amigo, de disimular la franca expo-
sición que he hecho a Ud. sin rebozo ni miramiento alguno, de mi creencia
política, porque estando a la cabeza de un pueblo libre y constituído, no puedo
sin faltar a mi más riguroso deber, callar el efecto que, en mi sentir, debe sufrir
la América por la conducta de Ud. en estos tristes momentos; por lo demás yo
no puedo olvidar lo que Ud. ha hecho por la América y particularmente por el
Perú, cuyas reliquias Ud. ha salvado.
Bolívar
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1. Blanco y Azpurua traen una versión del inglés de esta carta, publicada en el Times de Londres, el 9 de mayo de 1824. Dicha versión
fue hecha por el Colombiano de Caracas, el cual la reprodujo en setiembre del mismo año [Nota de los editores de la primera edición].
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