Page 387 - José de la Riva Aguero - Vol-2
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de José de la Riva Agüero
Protector ha hecho a Usted para Precidir el Estado Nor-Peruano. Esta autori-
dad en sus manos no me deja dudas un momento que augurar mas y mas el
grande y gigantesco edificio de la Confederacion: estamos libres de revolucio-
nes estando el mando en manos fieles y patriotas, desnudas de esas miserables
pequeñeces que precipitaron a su ruina al General Orbegoso. Sin embargo de
los males que por momentos sufre el pays, yo creo que ha sido favorable la
defeccion del 30 del pasado, para afirmar el sistema de la confederacion pues
veran los pueblos cahidos a nuestros pies, los enemigos esteriores y la anar-
quía que a la vez se sublevaron contra el sistema.
Felicito á Usted su asuncion al mando del Norte y me ofrezco de Usted
su amigo seguro servidor que besa su mano
Trinidad
Recibida el 12
Al General Rivaguero
Cuzco Septiembre 2, 1838
Mi querido Compadre:
Mucho he celebrado que Usted se hubiese desidido á salir de la Capital en
vusca del Ejercito, por que asi se ha puesto V. en estado de prestar servicios utiles a
su Patria que hoy nesesita de todo el zelo y la consagracion de Usted para librarla
de sus inicuos agresores y de ese enjanbre de cobardes defeccionados que la han
entregado tan villanamente.
Usted resibira de mano del General Herrera el decreto por el cual le he
nombrado Presidente del Estado del Norte. Antes habia mandado otro y no quise
publicar reselando que Usted fuese detenido en Lima, y como despues he savido
que el que nombré Vice Presidente, no se comporta bien, he tenido a bien reducir
el nombramiento a la sola persona de Usted. El General Herrera sostendrá su au-
toridad á toda costa.
Creo conveniente que Usted establesca su Capital entre Huaras y Trujillo
y que no pierda Usted tiempo en organisar la defensa de los Departamentos del
Norte. Usted conose aquel pais y sus recursos y tiene muchos hombres que le son
adictos para haser la guerra interminable y evitar de que los enemigos se apoderen
de aquel pais. Dé Usted tambien sus ordenes á todos los guerrillerros de Canta,
Guarochiri y Yauyos para que estrechen la Capital y hagan una guerra tenas a los
enemigos. Nada importa tanto como entretenerlos en Lima á fin de ponerlos vajo
del influjo del clima y de la anarquia hasta que nos convenga marchar sobre ellos.
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