Page 21 - José de la Riva Aguero - Vol-2
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de José de la Riva Agüero
            las causas de ese retroceso a la esclavitud. Desde esta epoca hasta el 22 de Fe-
            brero, permanecieron en la apatia constantemente la Junta y el Congreso. Esta
            cituacion de desconsuelo en que esperabamos diariamente al Enemigo para
            sucumbir al mismo buen sentido hizo entender al Pueblo, y al Ejercito que en
            Vuestra Excelencia se hallaba al hombre digno, y es capaz de salvarnos. Por
            esta aclamacion general, y a pesar de una gran parte de diputados y que jamas
            debieron merecer tal nombre, sube Vuestra Excelencia al Supremo mando de
            la Republica y vemos que se realiza con usura nuestras grandes esperanzas. Se
            organisan y aumentan los Ejercitos, se fortifican y hasen reanimar el Espiritu
            publico, se adquiere credito, se aumenta y mejora la marina, y se vé salir del
            puerto del Callao la expedicion toda peruana mas grande, y mas bien organi-
            zada que quantas hasta ahora han pisado en el Pacifico. En estas circunstancias
            el Ejercito Español invade nuestra Capital, y las fortalezas del Callao, reciben
            en este recinto al Gobierno, Congreso, Pueblo, Y Exercito que nos quedaba.
            En este estado de cosas, de ninguna manera apurado, pues que la plaza, y
            el Exercito eran demaciado respetables, y cuando el Enemigo debia presisa-
            mente retirarse con brebedad, aunque no fuese mas que para hacer frente a la
            Expedicion del Sud, en este Estado, digo, tan oportuno, y militarmente pre-
            meditado, y realizado por Vuestra Excelencia cuando los Diputados indignos
            de que hemos hecho mencion, se atreben á intentar el despojar á Vuestra Ex-
            celencia del mando Supremo. Estan á nuestro alcance las intrigas bajas, los re-
            sentimientos viles, y las miras de interes que emplearon para conseguirlo, y no
            lo estan menos las ineptitudes y falta de legalidad con que ocupaba la mayor
            parte de ellos sus acientos. Nos atrebemos á decir mas: la mayor parte de ellos
            no tenia una representasion justa, tanto por la mala direccion y los hechos que
            se emplearon, para la eleccion de algunos de los propietarios, como por la nu-
            lidad absoluta de los suplentes. Nulas eran por esta sola calidad las decisiones
            de las Cortes Españolas con respecto á la America, como ellos han dicho mil
            veses, y nulo es por consiguiente cuanto han hecho; ¿Pero que es lo que han
            hecho? Cuesta verguenza el decirlo. Nada bueno, y si al contrario, todo malo
            ¿Puede darse una cosa peor que por los medios y fines indicados antes, tratar
            de anarquizar el Paiz, deponiendo en los momentos mas criticos la Suprema
            y legitima autoridad, y depocitandola en una mano estrangera, arruinado de
            este modo el patriotismo, la union, y todos los elementos de la vida politi-
            ca del Estado? No podemos ser injustos: El mismo General Sucre a quien se
            trataba de investir con todo el poder egecutivo, lo reusó expuso á los visoños



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