Page 100 - José de la Riva Aguero - Vol-2
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Volumen 2
                                                                          Documentos varios


                    Reservado                                                N° 3
                    Excmo. Señor Presidente del Soberano Congreso
                    Lima, Agosto 9 de 1823
                    Exmo. Sr.
                    Si es grande el sentimiento que tiene un gobierno paternal y benéfico,
            cuando se halla en necesidad de atacar la libertad en hombres sediciosos por
            conservar la seguridad general, se aumenta el dolor si es obligado á perseguir
            á personas que mandan por sus aptitudes y destinos á ser útiles á su pais se
            convierten en enemigos de el por su perberso comportamiento. Las aspiracio-
            nes inseparables del hombre ambicioso penetran hasta el santuario del Solio,
            y presentan á la humanidad el ejemplo mas tocante de su miseria y pequeñez.
            Yo me estremezco al pensar que en el seno mismo del Soberano Congreso
            haya habido algunos miembros que si no han creado han fomentado con el
            mayor ardor y empeño las miras criminales que el tirano Riva-Agüero prote-
            jiendo sus ideas.
                    Los D.D. don Manuel Perez de Tudela, don Jose Pezet, don Julian Mo-
            rales y don [blanco] Miranda, como tambien el coronel don Toribio Dabalos
            y don Martin Ostolaza parece se valieron de la inviolabilidad de su caracter
            publico como de una Egida para oprimir a pueblos que habian depositado en
            ellos su confianza. Son unos ¡conmensales! y los otros acerrimos partidarios
            del usurpador no han respirado sino para dar fomento a los (crímenes) de
            aquel.
                    Este concepto público debe llamar la atención del soberano Congreso
            para que no renazca la tiranía del fermento de sus censuras. Profundo respe-
            tador de los derechos sociales de los S.S. Diputados, yo me abstengo de dar
            providencia alguna contra las personas de los referidos a las que mirare como
            sagradas e inviolables mientras esten condignificados con la alta representa-
            cion que obtuvieron.
                    Mas al Soberano Congreso corresponde cuidar que no sea mancillado
            su honor por asociaciones poco decorosas y que la seguridad publica no sea
            minada por aquellos que debian afirmarla con su sangre. Creo por lo mismo
            ser perjudicial al Peru de la permanencia en su territorio de los individuos
            expresados y mucho mas su entrada en la capital.







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