Page 242 - José de la Riva Aguero - Vol-1
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Volumen 1
Documentos varios
marina de guerra, y dentro de pocos años rivalizará en escuadras con la Gran
Bretaña, y le disputará el dominio de los mares como igualmente la primacía
del comercio, y demás ventajas que se proporcionan por la preponderancia
marítima.
6°—Porque siendo los progresos del Norte América por medio de esta
Confederación o Alianza Americana, directamente enemigos de la existencia
y prosperidad de la Gran Bretaña las demás naciones de Europa para sacudir-
se del influjo y superioridad que ésta debe a su respetable marina, se ligarán
al fin con la federación americana, dirigida en Washington para destruir en
Europa la preponderancia de la Gran Bretaña.
7°—Porque en tal caso esta nación habrá de perder irremediablemente
el Canadá, y tal vez las demás colonias en América y Asia.
8°—Porque al mismo tiempo las potencias continentales de Europa
habrán de proteger las disensiones de Irlanda, y por lo menos conseguirán
formar gran marina y equilibrar la fuerza naval británica.
9°—Porque, en fin, el interés de los soberanos de Europa les haría
aprovechar la oportunidad de forzar a la Gran Bretaña a reformar su Cons-
titución, como que miran en ella un obstáculo contra el sistema antiliberal
adoptado por el continente: de lo que resultaría la pérdida de las libertades y
males consiguientes.
Tales son al parecer las consecuencias que deben originarse de que
subsista el sistema republicano en todas las naciones de la América con res-
pecto a la Gran Bretaña. ¿Qué medio hay, pues, de evitar estos funestos resul-
tados? Lo diremos.
Como todo gobierno ilustrado no sólo debe mirar para el día presente
sino también prever sobre lo futuro, es por consiguiente necesario no aluci-
narse con intereses pasajeros o mal entendidos. Felizmente se halla colocada
la Gran Bretaña de una manera admirable: su posición física guardada por sus
navios, y su fuerza moral sostenida por su Constitución, hacen que no pueda
ser atacada directamente, y tiene en sí el arbitrio de privar de todo recurso
a sus rivales. La prosperidad, riqueza, industria y preponderancia británica
existirán eternamente en tanto que una política previsora dirija sus destinos
futuros. Ella puede indisputablemente conciliar las ventajas presentes con las
venideras, y no sólo alejar los riesgos que al presente la amenazan para lo suce-
sivo, sino lo que es más, destruir hasta sus funestas semillas, y conservar ileso
el cetro de Neptuno.
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