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ensanchado lo que es la caja hidráulica del encauzamiento del río y descolmatado la
parte del lecho o fondo.
El material que se está echando a los costados del río como defensa ribereña no sirve. En
la primera lluvia de gran intensidad que haya en Tumbes, sin necesidad de que el río
crezca, eso se va caer. Lo estamos advirtiendo desde ahora: esa obra va a quedar mal.
Por eso, le reitero al ministro de Agricultura lo que le solicité a través de la comisión
multipartidaria de la que soy miembro titular: que nos alcance los expedientes técnicos.
Hasta la fecha, no nos alcanza esos expedientes. Por lo tanto, nosotros no sabemos qué
es lo que se va hacer finalmente con el río.
Como tumbesino que soy, no puedo confabularme con quienes están direccionando,
haciendo mal una obra. Que eso quede claro, porque se les está advirtiendo ahora y se
pueden hacer las correcciones del caso. No esperemos a lamentarnos, como en los años
201 y 2016, en que se gastaron más de 200 millones de soles, que finalmente no
sirvieron para nada.
Lo que nosotros necesitamos es que la defensa ribereña cuente con la garantía y con la
asistencia técnica respectivas, porque no se trata solamente de acumular lo que se está
descolmatando, sino de construir la defensa que se necesita colocando primero las rocas
y compactando —o, en todo caso, enmallando— luego el material que se está sacando
del lecho del río. Es importante que esto se haga de la forma correcta.
Tampoco se está previendo que la maquinaria cuente con la garantía de ofrecer lo que
está haciendo. Si bien es cierto que el trabajo técnicamente se está haciendo bien, no se
puede trabajar las veinticuatro horas con esas máquinas, porque no son pantaneras, sino
son equipos simples que no ofrecen la garantía de trabajar las veinticuatro horas del día.
Todo esto va corriendo en contra de los intereses que tiene nuestra región.
Y yo, como miembro de la comisión multipartidaria de seguimiento al proceso de
reconstrucción de las zonas afectadas por el fenómeno de El Niño Costero, no puedo
tapar estas cosas. Así que desde ya les digo a los ministros, principalmente al de
Agricultura, que esa obra va a quedar mal.
Soy ingeniero de profesión, soy un habitante que desde que he nacido no me he movido
de Tumbes. He trabajado allí por más de quince años. Sé cuál es el comportamiento del
río Tumbes. Y sé también que se necesita la acción no solo de las autoridades, sino
también de la sociedad civil. No se ha tomado en cuenta la opinión del Colegio de
Ingenieros de Tumbes.
Entonces, ¿qué es lo que estamos esperando? ¿Que el próximo año tengamos
lamentarnos nuevamente por las lluvias y por la crecida del río? ¿Qué otra vez se tengan
que dar presupuesto? Después del fenómeno de El Niño, nadie, absolutamente nadie
realiza acciones a favor de los agricultores, y vienen los problemas no solamente para las
autoridades locales, sino también para los congresistas, a quienes nos critican por no
hacer nada por el agro de Tumbes.
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