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El señor PRESIDENTE (Luis Iberico Núñez).— Segunda interrupción.
El señor GASTAÑADUI RAMÍREZ (NGP).— Muchas gracias, congresista...
El señor PRESIDENTE (Luis Iberico Núñez).— Señores... Perdón, un minuto.
Esto ha sido aprobado por mayoría. Entonces, tienen el uso de la palabra los congresistas
que deseen hacer uso de la palabra. Yo no puedo interrumpir el debate.
Les voy a recomendar la brevedad necesaria, porque las autoridades de Cusco están
esperando que de una vez se defina este asunto.
Congresista Gastañadui, por favor, tiene usted el uso de la palabra para concluir.
El señor GASTAÑADUI RAMÍREZ (NGP).— Muchas gracias, Presidente.
Presidente, y si esto vale un comentario, si los ministros tienen que esperar en bien del
país, yo creo que una hora o dos horas creo que no les haría mal esperar.
Pero, entonces, como decíamos, yo creo que hay que mirar, Presidente, y lo decimos con
toda franqueza sin ideologías, sin hacer política, que nuestro patrimonio cultural, que es
grande y vasto, y que es justamente motivo de admiración por parte del mundo, está
abandonado, y que nos da una pena porque el Estado no tiene los recursos como para
poderlo poner en valor.
Y si tenemos el sector privado, que es un aliado del sector público, un aliado natural para
conservar ese patrimonio cultural, que es de todos los peruanos, Presidente, yo creo que
sería muy mezquino, de verdad, que no le demos la oportunidad al sector privado para
ponerlo en valor para que ellos puedan invertir, para que puedan explotarlo, de tal
manera que el Perú se vea beneficiado porque eso genera turismo.
Piura...
El señor PRESIDENTE (Luis Iberico Núñez).— Ya concluyó, congresista Gastañadui.
Tiene la palabra la congresista Teves, por dos minutos.
La señora TEVES QUISPE (NGP).— Señor Presidente, muchas gracias.
Este es un tema y una fecha importante para la ciudad del Cusco, señor Presidente. Creo
que aquí tenemos que ser muy serios, tenemos que ser responsables.
El pueblo del Cusco, señor Presidente, ha recibido la amarga experiencia. Quiero que
entiendan, si al Cusco se le conoce como "el ombligo del mundo", la Capital
Arqueológica de América, y hay antecedentes malísimos que no han habido buenos
comportamientos, entonces, señor, estamos pagando las consecuencias en este
momento.
¿Por qué no dan razón? Y yo discrepo con mi colega congresista, que me antecedió,
porque la realidad es completamente distinta de la que vivimos en el Cusco. Ya la hemos
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