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bre la intervención del Estado. Es exactamente  La señorita PRESIDENTA.— Puede hacer uso
                  con esa misma lógica que se terminó haciendo  de la palabra el congresista Campos Baca.
                  intervenir al Estado en todo. Necesitábamos que
                  el Estado capitalizara, porque sólo capitalizando  El señor FERRERO COSTA (C90-NM).— Por
                  a través de la actividad empresarial iba a tener  favor, una breve interrupción, señor Campos
                  los recursos necesarios para dedicarlos a la edu-  Baca.
                  cación, a la salud y a la infraestructura; y fue
                  entonces que el Estado comenzó a intervenir:  El señor CAMPOS BACA (C90-NM).— Seño-
                  tomó las industrias básicas, se hizo cargo de los  rita Presidenta, con su venia, permítame conce-
                  servicios públicos, se dedicó a explotar el petró-  derle una interrupción el doctor Ferrero Costa.
                  leo y así fue asumiendo la integridad de la eco-
                  nomía nacional, con el resultado desastroso que
                  ya sabemos representó para nuestra economía.  La señorita PRESIDENTA.— Puede inte-
                                                              rrumpir, señor Ferrero Costa.
                  Y llegamos a la triste conclusión de que si la em-
                  presa obtenía ganancias, no había que venderla  El señor FERRERO COSTA (C90-NM).—
                  porque ahí estaban los recursos para financiar la  Presidenta, debe haber habido una confusión,
                  economía; si la empresa ocasionaba pérdidas,  porque esperaba continuar mi intervención des-
                  había que invertir en ella durante algunos años  pués de la interrupción que me solicitaron mis
                  más para reflotarla y colocarla en un punto ópti-  colegas, pero usted le concedió el uso de la pala-
                  mo de venta; y si la empresa no ganaba ni per-  bra a la doctora Flores Nano. No importa, de to-
                  día, era mejor dejarla y mantenerla así.    dos modos creo que la posición de mis colegas
                                                              me obliga a una respuesta.
                  La lógica de la intervención estatal, cuya rever-
                  sión nosotros hemos saludado, aun cuando he-  En diferentes oportunidades he manifestado que
                  mos criticado que no se hizo oportunamente, no  el colega Máximo San Román confunde el inte-
                  puede ni debe volver. Y cuando detrás de la acti-  rés de los empresarios privados con lo que es el
                  vidad del guano de las islas, y mañana de cual-  interés del país. Eso es usual, eso ocurre siem-
                  quier otro asunto, se comience a defender la pre-  pre. Sin embargo, tenemos que hacer un esfuer-
                  sencia de un Estado empresario, inexorablemente  zo para entender que cuando nosotros sostene-
                  se estará siguiendo el mismo raciocinio pasado  mos una tesis lo hacemos no sólo pensando en
                  que ya sabemos a dónde nos conduce.         los que son dueños de empresas, sino en el país
                                                              en general. Por ejemplo, hasta el momento nin-
                  Porque además, señorita Presidenta, detrás de  gún empresario ha salido al frente a defender el
                  esa lógica siempre hay una compasión atroz: los  sueldo mínimo, que el gobierno ha anunciado que
                  pobres no tienen cine, hay que invertir para cons-  será reajustado periódicamente. Nadie, Presiden-
                  truir un cine; los peruanos necesitan papel para
                  la producción de libros y cuadernos, hay necesa-  ta. ¿Por qué razón? Porque el empresario nor-
                  riamente que implementar una industria pape-  malmente piensa más en lo que él ve: sus empre-
                  lera. A esta lógica hay que salirle al frente, pues  sas y sus beneficios. Pero debemos tener en cuen-
                  es una lógica del pragmatismo sin brújula.  ta que las reglas de juego son también para los
                                                              obreros y para todos los trabajadores; por consi-
                  Por esa razón, antes de concluir quisiera decirle  guiente, no hay derecho a que sólo se piense en
                  al Ministro de Economía y Finanzas, Jorge Camet  beneficiar a las empresas y en reactivar la eco-
                  Dickmann, que haría bien en decirle al señor  nomía en función de las mismas. Ya es hora de
                  Ferrero Costa "no me defiendas compadre", por-  decir que la estabilidad jurídica y las reglas de
                  que simplemente el norte que aquí se nos pre-  juego también son para el obrero y en defensa
                  senta sin duda va en una dirección completamen-  del salario mínimo, por ejemplo.
                  te equivocada.
                                                              Además debo decirle al congresista Lajo Lazo,
                  Terminaré mi intervención expresando que si al  quien pregunta por qué vamos a despilfarrar los
                  señor Ferrero Costa le preocupa la proliferación  dineros del Estado, si se acuerda, ¿quiénes fue-
                  de candidaturas, de opciones y de intenciones en  ron los que nos llenaron de empresas públicas
                  nuestra propia casa, son ésas precisamente se-  que perdían 250 millones de dólares al año? Los
                  ñales simples y claras de una gran voluntad de-  caballeros que están al frente ¿Quiénes fueron
                  mocrática. Lo comprendemos, es la expresión de  los que pusieron 500 mil empleados públicos du-
                  su frustración; porque ya sabemos que cuando  rante diez años para que lo pagasen todos los pe-
                  al frente alguien levanta cabeza, esa cabecita  ruanos? Los caballeros que están al frente. ¿De
                  rueda, rueda y rueda hasta llegar hasta el sótano  todo esto se han olvidado? Si la burocracia la ori-
                  del Pentagonito.                            ginaron ustedes, son pues los padres del despil-
                                                              farro; sin embargo, vienen ahora a hablar de des-
                  Muchas gracias.                             pilfarro.



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