Page 59 - Primeras Congresistas
P. 59

Frente a la Plaza de Armas
                                                  la Iglesia Matriz se alza
                                                   y frente a ella la tropa
                                                 encuéntrase ya formada.
                                                  Santacrucinos vencidos
                                                  deben en ella enrolarse
                                                  para completar las filas
                                                  del vencedor arrogante.
                                                Frente a la tropa el chileno,
                                                coronel de recia estampa,
                                                   revista pasa la gente
                                               que sus cuadros completara;
                                                 que ya de Piura alejarse
                                               piensa el vencedor, dejando
                                               madres que lloran sus hijos,
                                                hijos que lloran sus padres,
                                              Más ¿qué pasa entre la gente
                                                que comenta bisbiseando?
                                                  Una mujer ha cruzado
                                                  por las filas apretadas
                                                  y las gradas ha subido
                                                 donde el coronel se halla.
                                                  Su ademán es decidido
                                                 y el vestido que ella usa
                                                es de la mujer del pueblo.
                                                 Su negra manta terciada
                                               por sobre los hombros lleva
                                                  y de todos los piuranos
                                                la atención ella concentra.
                                                  El coronel, sorprendido
                                                   alza la frente altanera
                                                y pregunta:- ¿Cómo llegas
                                               hasta aquí? ¿Qué es lo que
                                                          quieres?
                                                - Señor, yo quiero a mi hijo,
                                                  al único que me queda;
                                                  al hijo de mis entrañas
                                                 que tú, señor, te lo llevas.
                                               Mira, señor, que es él, solo,
                                                   el que Dios me deja,
                                                 y no quiero que, soldado,
                                                 me lo maten en la guerra.
                                                - Mujer, esto que tu pides,
                                                  concedértelo no puedo;
                                                   retírate, pues, y deja
                                                  tu necio e inútil ruego.



                                                             57
   54   55   56   57   58   59   60   61