Page 18 - Rumbo al Bicentenario
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Tanto las memorias de oficiales patriotas y Luis José de Orbegoso.
realistas como el texto de Torrente circularon en
la península ibérica y en territorio sudamericano. Refiere en sus memorias José María Blanco, el
Sirvieron para que el jurista y funcionario público diligente secretario personal del presidente, que
peruano Mariano Felipe Paz Soldán escribiese su el 9 de diciembre de 1834, Orbegoso acudió a la
monumental Historia del Perú Independiente, pampa de Ayacucho para pasar revista a la tropa
publicada a partir de 1868, en la que hace el que se hallaba formada en el lugar. A
siguiente balance sobre la batalla de Ayacucho: continuación y con el auxilio de un oficial que
“Así quedó sellada para siempre la libertad de Sud había participado en la batalla, recorrió la llanura
América y abatido el orgullo español, que se había y llegó hasta las faldas del cerro Condorcunca,
hecho sentir por muchos años. La victoria se debió a identificando los lugares donde 10 años antes se
la bravura de los combatientes, al saber de los jefes habían apostado las divisiones del ejército
y a la excelente posición escogida para el combate, patriota.
calculada de tal modo que el frente de batalla podía
ser igualado al del enemigo, a pesar de la diferencia Agrega el citado secretario que a la pampa
numérica de los combatientes (…) es indudable que también llegaron pobladores y campesinos de
en Ayacucho brilló el saber y tino de todos los jefes y diferentes pueblos de la región, con sus cuadrillas
oficiales del ejército patriota” (Paz Soldán, 1919, II: de danzantes y músicos para celebrar
93-94). Estas anotaciones sirvieron para que los espontáneamente. Culminada la ceremonia
historiadores de la siguiente centuria (como oficial, estos se confundieron con la tropa e
Nemesio Vargas y su hijo Rubén Vargas Ugarte y iniciaron el jolgorio: “las bandas rompieron las
autores de historia militar como Carlos Dellepiani dianas y la música con sus marchas patrióticas
o Felipe de la Barra) confirmaran la importancia hicieron resonar el vasto desierto que a los diez
de la batalla de Ayacucho como un hito que años se sentía otra vez conmovido por el
reafirmó el invalorable atributo de la libertad y estruendo del cañón. Las vivas de la tropa y la
una comunidad nacional de tipo soberana y algazara común de más de cuatro mil almas que
republicana llamada Perú. Asimismo, sirvieron habían concurrido al campo, entre las que
para que se institucionalice la conmemoración estaban los danzantes de los pueblos
oficial de la batalla cada 9 de diciembre y el culto circunvecinos, hacían resonar el aire con sus
Hist oria y Memoria de la B atalla de A y acucho
a los oficiales del ejército patriota, quienes fueron acentos (…) Los soldados entregados a la
considerados como héroes de la Independencia. diversión bailaban juntamente con los paisanos y
con los danzantes. De suerte que el solitario llano
La celebración popular de Ayacucho parecía en este día una ciudad
popular” (Blanco, 1974 [1834]: 228).
No sólo los antiguos oficiales, los historiadores
decimonónicos o los funcionarios de gobierno Y en los siguientes años se continuó celebrando
recordaban la insigne victoria del 9 de diciembre tanto en el lugar de la batalla como en la ciudad
de 1824; también la Batalla de Ayacucho de Ayacucho. Refieren los periódicos locales del
permaneció en la memoria de los sectores siglo XIX que en la capital del departamento se
populares como un hecho histórico de tremenda organizaba Misa y Te-Deum, parada militar,
importancia. Prueba de ello es la celebración festival de fuegos artificiales y corrida de toro
anual que los pobladores de Ayacucho realizaban cada 9 de diciembre para recordar la importante
en la pampa donde se realizó el encuentro de gesta que selló definitivamente la libertad
armas y que en 1834 (cuando se conmemoró el latinoamericana y dio inicio a la historia
décimo aniversario de la Batalla) contó con una republicana de nuestra comunidad nacional libre
importante e inusual presencia: la del presidente y soberana.
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