Page 88 - Vida y Obra de Toribio Rodriguez de Mendoza - Vol-1
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Volumen  1
                                       Varias cartas dirigidas al Rey y al Virrey sobre el Convictorio de San Carlos
            los menos ocasionado a la Iglesia mayores daños, qe. todas las heregías juntas,
            lo cierto es, que las imposturas de este falsario variaron infinito la Disciplina
            de los anteriores, y mejores siglos, y qe. han sido y aún pueden ser perniciosos
            a la Religión, y a los Estados. Importa pues qto. no puede, decirse, distinguir
            los verdaderos principios de las Leyes Eccas., de las mázimas espurias, qe. en-
            cierran estos monumentos apócrifos qe. recibidos con respeto al favor de las
            tinieblas de la ignorancia que cubría el siglo en qe. se fraguaron y publicaron,
            fueron igualmte. adoptadas todas sus desviadas, y mas remotas consequen-
            cias, de qe. están sembradas las compilaciones, qe. encierran el cuerpo de la
            moderna Legislación Eclesiástica. ¿Quién no vée quanto interesa el discernir
            lo verdadero de lo falso, lo espúrio de lo qe. es legítimo en materias tan impor-
            tantes? Y quién es aquel qe. sin un conocimto. bien extendido de la Historia
            Disciplinar, puede hacer cotejo de maximas tan distantes entre sí, como lo son
            las fuentes de donde corren? Pero mi objeto no es disertar, y mas hablando con
            V.E. cuyas Superiores luces le hacen ver con claridad, qe. es tan imposible ad-
            quirir aun una mediana perfección en los Estudios Teológicos y Canónicos, sin
            estudios, y conocimtos. de los orígenes christianos, como lo es, el qe. un hombre
            vendado camine largo trecho sobre una linea recta y en suelo desigual.
                    En esta Rl. Universidad no hay Cátedra de Historia, ni de Disciplina
            Eclesiástica, y en nuestros Colegios tampoco hay enseñanza de estos cono-
            cimtos. auxiliares. Y es cosa averiguada, que cuando no se ministran a los
            Jovenes ideas elementales en curso arreglado de las nociones preliminares qe.
            pertenecen no solo al adorno de las Ciencias, sino también a su perfección y
            cumplimto. se quedan, sino todos, los más en su respectiva carrera imperfec-
            tos, y superficiales: y como los simples elementos de las Facultades de la Teo-
            logía, y Cánones, ministrados pr. decirlo así, en seco, llegan a fastidiar pr. falta
            de la sazón y condimto. que prestan la Historia, y los buenos libros qe. tratan
            de ella, se observa por esto, qe. los mas se resfrían dexando sin cultivo, a no ser
            pr. una feliz casualidad, los conocimtos. qe. adquirieron en los Colegios.
                    Por todo esto, y deseando qe. prosperen los estudios Eclesiásticos de
            este Rl. Convicto., renuevo hoy mi antigua solicitud ante la Superioridad de
            V.E. para que se sirva mandar qe. los Jovenes cursantes de Teología y Cánones
            estudien durante sus cursos la Obra de las Antigüedades Christianas de Julio
            Lorenzo Selvagio en la forma qe. expuse en la adjunta copia de la representación
            qe. dirigí al Soberano; y siendo necesario pa. qe. este Estudio no decaiga, sino
            se perpetúe, tengan los Jóvenes de una y otra facultad un poderoso alicitivo,



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