Page 12 - Vida y Obra de Toribio Rodriguez de Mendoza - Vol-1
P. 12

Volumen  1
                                                                    Prólogo a la segunda edición
            invitación de sus miembros, a la Sociedad de Amantes del País (sí, esa misma
            que publicó ese monumento del pensamiento ilustrado peruano que fue el
            Mercurio Peruano). Pero no sería a través del periodismo ideológico y doc-
            trinario en el que Rodríguez de Mendoza contribuiría a la propagación de las
            ideas ilustradas sino a través de la educación, como el maestro que era.
                    Entre la abultada bibliografía que al respecto existe, Alejandro Rey de
            Castro ha señalado que, a fines del siglo XVIII, fueron dos las corrientes polí-
            ticas e ideológicas entre las que se debatía el Perú: la abiertamente separatista,
            representada por Viscardo y Guzmán, y la reformista, defendida por hombres
            como Baquíjano y Carrillo, y entre los que habría que colocar a Rodríguez de
            Mendoza. Una circunstancia que la llegada de San Martín cambió, pues será
            uno de los primeros en firmar el acta de Independencia.
                    En ese sentido, el corpus documental que tienen entre manos, siguien-
            do el de la primera edición, presenta un orden que nos muestra primero aque-
            llos papeles necesarios para reconstruir su biografía, la misma que inicia el
            17 de abril de 1750 en Chachapoyas, y sigue todos aquellos papeles que dan
            cuenta de su paso por el seminario de San Carlos y San Marcelo en Trujillo,
            por el de Santo Toribio en Lima y finalmente su paso por San Marcos, donde
            obtuvo los títulos de Licenciado y Doctor en Teología. Luego, está el valioso
            conjunto de documentos concernientes a su labor en el Real Convictorio de
            San Carlos, continúa con una larga serie de poderes y obligaciones concer-
            nientes a la administración de este centro de estudios o a sus propios bienes
            temporales.
                    Mención especial  merecen en  este importante corpus documental
            todas aquellas piezas del propio Rodríguez de Mendoza que testimonian la
            reforma educativa que emprendió en San Carlos que «hizo desaparecer el es-
            colastismo, mejoró los estudios y adoptó todo cuanto le fue dable del siste-
            ma moderno», lo que en buena cuenta significó poner al Perú, como señala
            acertadamente Rey de Castro, en la senda de la modernidad política. Y esto,
            precisamente, es lo que constituye el título de precursor ideológico de la Eman-
            cipación que le conferimos. Porque fue esta reforma educativa la que preparó
            y formó a una generación de peruanos para emprender la independencia polí-
            tica, para tomar las riendas de su propio país como nación independiente. Una
            reforma educativa, además, que no solo contempló la filosofía, el derecho, la
            moral sino también, y eso es lo fundamental, las ciencias naturales para em-
            prender el estudio y conocimiento del medio físico que habitamos –«el suelo



                                                11
   7   8   9   10   11   12   13   14   15   16   17