Page 373 - La Rebelión de Huánuco. Vol 4
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Huánuco de 1812
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                    Juan Ypolo - Vease a foja 61 - Quaderno 2°
                    Luego incontinenti compadeció Juan Ypolo, natural y vecino del pue-
            blo de Chupan, lejitimo Alcalde de aquel Pueblo, y depuesto por los indios
            alzados, a quien por medio de los Ynterpretes y con asistencia del Protector de
            Naturales, le tomé juramento que lo hiso por Dios Nuestro Señor, y una Señal
            de Cruz segun Derecho bajo el qual prometio decir verdad en lo supiere, y
            fuere preguntado y siendolo al tenor de las preguntas siguientes; preguntado
            que quien lo ha aconsejado, y a los de su Pueblo, para que se levantaran dijo:
            Que Don Domingo Berrospi, vecino de Huanuco y el Ynter Don José Ayala,
            han aconsejado á los de su Pueblo, para que se alzaran, diciendoles que ya no
            havia Rey Yntendente ni Jueces, que era necesario matar á los Chapetones
            que iba a salir su nuevo Monarca Castel, y que el Ynter Ayala ha tenido mayor
            empeño en aconsejarlos de continuo; que del que declara se han reservado
            siempre, y que ésto lo trataban con José Briseño, Jose Lucas, Santos Tello, y N.
            Ferrer, que está preso: Que despues los Yndios de Chavin, y Llata, mandaron
            una orden de Castillo, para que se comunicara á todos los Pueblos, mandando
            que se persiguieran, y mataran á todos los Chapetones, y que entonces manda-
            ron dos Embajadores a Huanuco, que fueron Santos Tello, y Benedicto Xaime,
            y antes de estos a Manuel Cayetano, y Pablo Ylario, dirijidos a donde Berrospi,
            quienes trajeron la noticia que ya no mandaba Berrospi, si no Castillo, y los
            dos primeros fueron dirijidos ya a dicho Castillo, quien les mandó decir que ya
            no tenian Rey ni Virrey, ni Yntendente, ni Jueces, que no tenian que obedecer
            a mas Rey que Castel, ni otras ordenes que las suyas; que si no mataban a los
            Chapetones, que vendria con su gente, y acabaria con todos ellos. Que luego
            que llego éste mensaje a su Pueblo, la gente se puso feroz; que Maria Bartola,
            suegra del que declara fue a su casa, y le aconsejó que no se metiera en nada,
            que havia de tener malas resultas, y lo mismo dijo a Manuel Domingo, Princi-
            pal, que se hallaba alli, quien inmediatamente se fue y avisó ála Comunidad la
            que luego le quito la vara, y se la dieron á José Lucas, y a su suegra Maria Bar-
            tola, la pusieron en la carcel, por los consejos que le daba y despues la sacaron
            á la plaza, y la pusieron al borde de un hoyo, que de antemano tenian hecho,
            y le dispararon una Escopeta, la que no dió fuego, y el que la disparó dijo que
            aquella muger estaba inocente, y el nuevo Alcalde el de Chuquis, que también
            estaba alli, junto con el de Marias, y los Diez y seis Capitanes de Panao ó Cani,



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