Page 15 - La Rebelión de Huánuco. Vol 4
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Huánuco de 1812
            nombre de María Santísima de que me bea como aun pobre ynfiel pues yo no
            tengo adonde bolber los ojos solo a Dios por tanto.
                    (Al margen)
                    A Usted pido y suplico que a biendome por precentado se digne mi-
            rarme con lástima biendo mi anterior escrito que está en poder de Usted como
            también biendo el castigo de asotes que he sufrido me bea con caridad lo que
            espero alcansar del benigno corasón de Usted y en lo necesario.
                    José Santos (Rubricado).


                    Pachas y Mayo del 812.
                    Resérbese proveer hasta llegar a Huánuco adonde se conducirá al reo
            recurrente.
                    Así lo proveo y firmo yo el Comandante Comisionado con testigos a
            falta de Escribano.
                    Mais y Arcas (Rubricado). Toribio Figueroa (Rubricado).
                    Testigo.

                    Señor Comandante en Jefe
                    Pablo Uzuriaga natural de la Estancia de Pug [manchado] sita en la
            Doctrina de Pachas preso en esta Real Cárcel ante Usted con su mayor ren-
            dimiento Digo que atemorisado con la intimación que a todos los avitantes
            de dicha estancia nos hicieron los yndios alzados amenasándonos con que
            nos desollarían a todos, y destruirían la corta poblasión sino les obedeciamos.
            Receloso de perder la vida y la de toda mi triste familia hube de juntarme con
            ellos no con ánimo de ofender a nadie si unicamente con el de salbar la vida
            por no dejar mi infeliz familia expuesta a miseria de la mendicidad; y cami-
            namos hasta el Pueblo de Lata andonde me escondí por que no me mataran
            y por no ser espectador de los robos y muertos que allí egecutaron dichos
            yndios alsados. Bastantes diligencias hise por todo el [ilegible] para ocultarme
            de la multitud de los insurgentes pero todo fue en bano porque su ferocidad
            parece que tenía fijada la vista en mi para entorpecer mis ideas, y no dejarme
            separar; Esto es notorio asi como el de no haber echo daño a persona alguna.
                    No puedo dar prueba mas relebante de mi inocencia que la de haber
            mandado a mi hijo Sebastián Usuriaga acompañase al Señor Subdelegado y lo
            custodiase, y defensidese en todo trance como en efecto lo ejecutó desde Ripas
            a Llacta y desde allí hasta dejarlo en salbamiento fuera de los peligros que le



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