Page 102 - La Rebelión de Huánuco. Vol 4
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Volumen 4
Autos seguidos sobre el descubrimiento de los autores de la rebelión de Huamalíes
los Ynsurgentes, y lo segundo que de autoridad propia procedí contra aquellos
que lo fueron, como se verá por principio de esta defenza mi ratificación a que
me refiero.
Quando en los Pueblos de Chuquis y Marías resorte de aquel Partido
se levantó la vaga y temeraria voz que le supieron al comicionado de este Tri-
bunal Don Domingo Berrospi, lejos de apoyarla la consulté con mi Párroco
Don Lorenzo ya que mi ignorancia no tenía advitrios para discernir lo bueno
o malo que resultaría de esas propias voces ó al menos los funestos sucesos
que podían originarse si yo las abrigase; por eso según consta de mi declara-
ción y no de otro lugar del Proceso, quando Ypólito Gomes, Pasqual Espíritu
y Valeriano Herrera se atrevieron sin consenso mío á pasar á esta Ciudad de
mí se ocultaron por el mismo caso que conocían mi lealtad y que a los demás
de mi Pueblo castigué y aconsejé a fin de que no se metiesen en nada, dirigido
todo por la consulta que le hise a mi Párroco Cos.
No es ningún obstáculo lo que se ve en la primera pregunta de mi con-
feción a fojas 178 vuelta tisne a mi ignorancia, en quanto diga que estoy preso
por ser uno de los alsados; a causa de que sino fuese testigo de los severos
castigos que se le davan á esos deponentes para que expuciesen á antojo ageno,
aseguro que lo contrario se allará escrito; por que yo mismo no me condena-
ría, ni haria reo de alta traición.
Aunque progrecivamente en la 3° pregunta de esa confeción aseguro
que caminé con los alsados á Aguamiro y luego á Llata, sin necesitar de que
se interprete, viciblemente se nota alli mi vindicación; porque como por una
rasón de estado (permitaseme ablar asi porque confieso que jamas podrá ser
licito unirse á Ynsurgentes) me uní á esos Ynsurgentes con sólo el designio de
no pereser a sus furores, como lo experimentaron Rafael Magiña, N. Reyes en
Llata, mas unido á éllos que sacaron de mi unión? el que me quedase atrás y
que llegase á Aguamiro quando ya estava saqueado. ¿Qué saqueos ó extorcio-
nes executé en Llata? ningunos; porque no puedo ser testigo ocular de quanto
allí executaron los malvados Ynsurgentes; pues apenas llegué quando luego
regresé a mí Pueblo. Por eso ninguno de los testigos que tiene el Proceso me
condena en nada; y a la verdad que no mesclándome como no me mesclé
en nada de la Ynsurrección, sin embargo de los castigos que se le dieron no
fueron capases de manchar mi acrisolada ignosencia, por lo mismo ocurro a
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