Page 349 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La Rebelión de Huánuco de 1812
Señor Gobernador Intendente
(Al margen)
Huánuco 4 de Abril de 1812.
Ocurra esta parte al Teniente Coronel Don Domingo Fernández Co-
misionado por este Gobierno para el conocimiento de materias de la natura-
leza de este recurso. Gonsales (Rubricado). Juan de Dios Gallardo. Secretario
(Rubricado).
José María Ubidia natural de la Ciudad de Chachapoyas, Intendencia
de Truxillo preso en esta rreal cársel de orden de Vuestra Señoría. Con el mas
debido rrendimiento ante Vuestra Señoría paresco y digo: Que ase el espacio
de dies días poco más o menos que sufro esta dura prición, aserca de aberme
acomulado varias cosas del saqueo que ysieron los ynsurjentes en el día do-
mingo 22 de marso, y lunes; y como me ubiesen llebado de ausilio a la Puente
de Guayaupampa; la noche del sábado, por habermelo mandado el Alcalde del
varrio de Huallaico, Don José María Cierra, y en compaña de él y de barios
comerciantes, como lo ase constansia Vuestra Señoría le paresiese; de la qual
batalla salí erido de dicha Puente; y con la fatal vulla y rebolución viendome
atindido de los yndios que me buscaban, para quitarme la vida corrí y como
siego sin saber donde entraba y me entré en casa de Don Cayetano Arteta, y
me rrefujié en ella, y con el mismo miedo no sabía donde esconderme; y me
subí al balcón y un rrincón encontré un poncho nuebo y en el varias alajas; las
mismas que guardé en mi poder; y lla las tengo entregadas a Don José María
Miraballes; pues los que entraron al saqueo de las tiendas fueron los sujetos
que le presento, a Vuestra Señoría en esa lista que en debida forma acompa-
ño, para que Vuestra Señoría vea y se imponga; pues yo me parese ser Señor
que no tengo más delito que el aber guardado semejantes alajas para berme
padesiendo sin mas motibo que este; después de aber salido, erido de la dicha
Puente en defensa de la Patria y de Nuestro Monarca, y así Señor Vuestra Se-
ñoría es padre de pobres y yo no tengo otro anparo ni asilo sino su benignidad
de su justicia, para que por ella se digne de compadeserse de mi que soy un
pobre sin tener quien me comunique el mas corto alimento, por estas puertas
y así Señor espero en su piadoso corasón no salir desconsolado, pues no tengo
después de Dios otro amparo que el de Vuestra Señoría y espero que me mira-
ra con ojos de piedad por ser yo un pobre forastero y por tanto=.
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