Page 198 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Volumen  3
                        Autos seguidos sobre el descubrimiento de los autores de la rebelión de Huánuco - Segunda parte
            se mantuvo con su escopeta firme, hasta que fue indispensable desampa-
            rarlo, y despues de haver perdido su arma por la turbamulta gente, que alli
            habia, pasó a su casa á ocultarse como se dijo antes.
                    6 Yten digan: sí despues de efectuada la rebelión, ó en sus dias sub-
            seqüentes hasta su sosiego, vieron, ó notaron a mi parte, que se juntase con
            los Ynsurgentes, ó que al menos pública, ó secretamente diese reglas para
            su progreso, y aunque es verdad, que varios sugetos lo sacaron de su casa al
            tercero, ó quatro dia del saqueo general con la inspeccion de que saliesen
            de patrulla por las calles con algunos leales; el designio de esto no tubo otro
            objeto, que el impedir alos Ynsurgentes acabasen de destruir los muebles,
            puertas, y ventanas de los particulares del vencindario; y como que efectiva-
            mente le son deudores a mi parte de este servicio.
                    7 Yten digan: si ami parte lo han visto, que en las dos ocaciones, que
            hisieron los Ynsurgentes á Ambo, les acompañase á ellos, ó si ha tomado ar-
            mas para oponerse a los Europeos, y Realistas, lejos de emplearse en esto, se
            ha mantenido en su casa trabajando en su oficio.
                    8 Yten digan: si para la segunda imbacion, que hisieron los Ynsurgen-
            tes á Ambo contra las tropas del Rey, obligaron esos propios Ynsurgentes á mi
            parte, y á Manuel Estrada á fin de que con un auto que dió el supuesto General
            Castillo, notificasen alos mosos de su barrio, pena de la vida, para que los
            acompañasen á dicha espedicion; por cuya causa, y que realmente se cumple
            el Axioma: de miedo grave que cayó en varones constantes, procedieron á dar
            curso a su comision de un modo estraño, qual fue andar apurados por todo el
            discurso dela calle de San Pedro, y San Juan: entraron á varias casas, manifes-
            taron el auto algunos mosos, y luego sin exigirlos, se retiraron dandoles lugar
            para que hisiesen lo que mejor les acomodase. En esta prueba resulta, que los
            Comisionados ala vista de los Ynsurgentes no quisieron hacer otra cosa que
            salvar sus individuos de sus furores.
                    9 Yten digan: Si es cierto, que despues que fueron derrotados esos Yn-
            surgentes por las tropas del Rey, a su regreso de Ambo a la ciudad, é intentaron
            cortar el puente principal del Tingo, y mi parte en compañia de Don Manuel
            Talancha, y otros fieles patriotas lo impidieron á todo transe. Y quedando en
            este estado el Ynterrogatorio pendiente para ampliarlo si conviniese á vista de
            los Autos.
                    (Al margen)





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