Page 536 - La Rebelión de Huánuco. Vol 2
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Volumen 2
Autos seguidos sobre el descubrimiento de los autores de la rebelión de Huánuco
Que no le contó á quien se las havia dado en Pasco síno solo le expuso
que en ese lugar havian hecho ruydo. Que tambien le leyó un proclama diri-
gido á los americanos insitandolos á botar á los Europeos que hera bastante
seductiba, la misma que á Manuel Rodrigues y Veru les leyó Aspiazu aquella
noche sobre cuyo descubrimiento se hizo el careo ayer, sin expresarle por su
autor. Que tambien otra vez ó dos, le leyó unos pasquines en bersos de len-
gua, y Castellano disiendole que el los havia hecho para hacer los fijar en esta
ciudad, y expresandole «haora se surran los chapetones». Que el deponente
no entíende lengua, y por eso Aspiazu se los interpretó cuyo consepto hera
subersibo, y dirigido á botar Europeos, con cuyo motibo y por que tambien
comensó á babear por el mercurio que tomo Aspiazu, se mudó el deponente
á la sala de enfermos, sin bisitarlo a dicho Aspiazu sino quando le llevaba los
caldos, ó alguna bevida en cuyos ratos nada combersaba con aquel.
Que a los ocho ó quince días despues de que Aspiazu le leyó el pasquin
en lengua amanecío este fijado en la ciudad segun supo, y estando el deponen-
te en la casa de Don Cayetano Arteta tomando chocolate, llebó este una copia
del pasquin en lengua, y castellano fijado en la ciudad, y lo leyó por cuyo mo-
tivo se impuso que ese pasquin hera el mísmo que ocho, ó quinse dias antes se
lo havia manifestado Aspiazu en una, o dos veces, expresandole que se hiba á
poner en la ciudad, y que los chapetones se surrarían.
Que otra vez quando ya estuvieron separados de compañia, le dijo que
esa noche se hiban á alzar, y que para matar chapetones hiban á poner estacas
en ambas seras de las calles con lazos tensos para enrredarlos, y matarlos: que
el deponente llegó á tener cuydado, y aun estuvo dispierto hasta cosa de las
doce de la noche, y viendo que no havia tenido efecto le dijo al dia siguiente á
Aspiazu que el hera fayamallero (?) pues no havia havido tal alzamiento á que
el otro no hízo síno sonrreirse. Que otra vez haviendole contado á Aspiazu
que su Prior se havia disgustado con el deponente le dijo que pronto se acaba-
ria dando á entender que se asercaba la sublebación.
Que una noche como á las ciete y quarto entro el deponente á en-
cender su sigarro á la celda de Aspiazu que está junto á la portería, con cuyo
motivo le dijo este «Oyga usted lo que están hablando esos dos (que estaban
inmediatos á la puerta de la calle) me parece (hablando por Manuel Vero) que
ese es bueno, y llamelos usted». Que el deponente se asercó á la puerta y oyó
que estaban combersando entre Manuel Vero, y Manuel Rodrigues á quien
antes no conosia sobre pasquines y no se acuerda sí estos le preguntaron por el
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