Page 461 - La Rebelión de Huánuco. Vol 2
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La Rebelión de Huánuco de 1812
            fletadas para Lima. Que ebacuadas estas diligencias paso un dia al barrio de
            Huallaico, á hacer otra de mandar teñir unas varas de vayeta, donde encontró
            con José Rodriguez, quien le hiso cargos de haverse retirado sin hacerse pre-
            sente, y acudir al convate que havian tenido los Yndios en el Aciento de Ambo
            con los Europeos, y que en el actual que iban á hacer nuebamente, no faltase,
            aperciviendolo en ello, y el confesante con motibo de haver hecho su posada
            en la Porteria del Beaterio, se fue allá, y se escondio, a tiempo que estaban
            dando de campanadas, á junta de Yndios, y del vecindario de Huanuco, para
            que se transportacen a la expresada Guerra de Ambo, y como havian parado
            ya con dicho toque, en inteligencia de que ya huviesen caminado todos los
            Yndios, salio de dicha su posada á oir Miza, y se encontró con siete Yndios, los
            quales le tiraron de palos, y aun uno de ellos pretendio tirarle una puñalada,
            diciendole que por que no havia ido al convate, y que si no caminaba en aquel
            acto, le quitarian la vida, en forma que con esto le fue preciso andar con ellos,
            hasta el puente del Tingo, donde estaba el concurso, y metiendolo dentro de
            este, lo llevaron, hasta el frente de Ambo, donde el confesante se subió al ex-
            tremo del cerro, sin causar operacion ninguna, pues no llebo tampoco arma
            alguna, sino un palo que lo agarro en el camino, y al otro dia antes que princi-
            piase la guerra se retiro de fuga, y fue a dar al pueblo de Chaulan, donde fletó
            una mula, y se vino a dicha hazienda de Cayapaco, a efectuar el encargo del
            citado su tio, y verificandolo se retiró a dicho Caure, donde ha dicho puso a su
            muger, y a los nuebe dias despues pasó a sus cobranzas a los pueblos de Jesus,
            y Givia, de donde siendo amenasado por los Yndios, tomó camino hasta llegar
            como adicho a el pueblo da Aquia, donde tambien tenia intereses y responde.
                    Preguntado que saqueos, y recojo de bienes hizo en esta ciudad, en
            los cinco dias de sublevacion en que se mantubo, donde estan estos bienes, y
            aquienes pertenecen, dixo: que el primer dia en la sublevacion estando el con-
            fesante parado en la Esquina de la Plaza, y los Yndios haciendo el saqueo en
            la calle de Mercaderes oyó decir que al Presbitero Don Bernardo Sanchez, le
            havia tirado un palo, y con esta novedad pasó averlo a dicha calle, y un Yndio
            de los del saqueo, cargaba una botija de aguardiente y una romana de fierro
            con su pilon, y como este no podia sin riesgo de la botija llebar ambas espe-
            cies, solo la romana y el confesante la agarró y se la llebó para su casa, donde la
            guardó, y quedando en ella se retiró con su familia como a dicho, y aora que ha
            preguntado por ella le han noticiado que la citada casa la robaron, llevandose
            tambien la citada romana, y esta pronto a satisfacer su precio a don Santos del



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