Page 593 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Huánuco de 1812
            se han remitido por el Subdelegado del Cerro; procédase ha hacer el recono-
            cimiento que se solicita en el día, por dos personas peritas que se elegirán por
            dicho Ministro, así de su estado como del precio a que puedan venderse, y
            fecho procédase a la enajenación de ellas; sin el menor retardo.
                    Gonzales (Rubricado). Juan de Dios Gallardo. (Rubricado).
                    Secretario.

                    Con respecto a lo mandado en el Decreto de la vuelta, inmediatamen-
            te, nombré por Peritos para el reconocimiento del estado de las Arinas, y pre-
            cio a que se debían vender, al Coronel Don Pedro Antonio Echegoyen, y a Don
            Pedro Tello, quienes aceptando el cargo en forma procedieron a practicar la
            diligencia mandada por Su Señoría, y decidieron unánimes y conformes, que
            en atención a lo que había desmerecido eran de parecer se debían vender al
            precio de dose pesos, quatro reales carga, y que éste era lo sumo de su impor-
            tancia. Huánuco y Marzo 27 de 1812.
                    Pedro Antonio Echegoyen (Rubricado). Pedro Tello (Rubricado).

                    A consequencia del reconocimiento precedente, calculo de precio, y
            reparo de lo que se anuncia en el Oficio que antecede, se procedió a la venta
            en diversas personas y días, de veinte y tres cargas de Arina sin floriar a doce y
            medio pesos cada una; y de la floriada, cinco y media dichas a razón de veinte
            pesos. Huánuco, Mayo 2 de 1812.
                    Andrés Beistegui (Rubricado).

                    Folio en blanco.
                    Haviéndose practicado por mí mismo, y por mi [roto] Don Manuel
            Antonio de la Mata, quantas diligencias son imaginables a efecto de propor-
            cionar el expendio de los víveres que se trajeron para el mantenimiento de la
            Tropa, y salido todas vanas, pués, es imposible el lograrlo aún haciéndose una
            quiebra en más de un tercio de su costo, a fin de no experimentar un total que-
            branto he determinado devolverlas al Cerro de Yauricocha en donde será mu-
            cho menos la pérdida aun cuando espere proporcionarse compradores. Para
            conseguirlo, es necesario, que Vuestra Señoría mande que el Subdelegado del
            Partido proporcione en el día, veintidos o veinticuatro mulas para su conduc-
            ción y evitar la corrupción a que es tan propenso este clima.





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