Page 473 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Huánuco de 1812
            y reconvenciones que convengan; y constando de la diligencia a fojas la au-
            sencia del co-reo Don José Condeso, librese por él cartas requisitorias a las
            Justicias, por cuyo territorio se huviere encaminado; segregandose así mismo
            de este expediente la razon de los bienes embargados del primero, de la que se
            forme otro por separado donde se unan todas las de su naturaleza para mayor
            claridad; y dandose comision de los citados sequestros á Don Feliz Ramires
            por impedimento de Don Domingo Berrospi que se halla preso.
                    Jose Gonzales de Prada (Rubricado)
                    Ante mí Nicolas Ambrocio de Ariza (Rubricado)
                             Escribano de su Magestad.


                    (Al margen inferior)
                    Se libraron con esta fecha cartas requisitorias a los Subdelegados de
            Huamalies y Pariarca, y se despachó asimismo la comicion que se previene
                    Ariza (Rubricado)

                    [Folio en blanco]
                    Señor General Don Jose Juan Jose Crespo y Castillo
                    Montaña y Marzo 11/812.
                    Muy señor mio: mediante a la lisencia que me franqueó Vuestra Mer-
            ced y las advertencias que me hizo, luego en el acto que me constituyen esta
            Quebrada, he solicitado con la mayor vigilancia y esmero a los chapetones
            que se decia havian echo fuga á esta Montaña, y he averiguado ser todo falso,
            solo si se hallan dos sugetos, el uno es Don Jose Gonzales, hombre de muy
            abansada edad, decrepito y chocho, quien solo lo pasa llorando y comiendo
            coca: el otro es Don Felis Ramires, quien no es chapeton, sino chileno, y en
            su tierra tambien han echo lo mismo de botar a todos los chapetones; este
            se halla ejerciendo el empleo de Alcalde de la otra banda, y tanto este dicho,
            como todos los demas hasendados estan prontos á obedecer las ordenes de
            Vuestra Merced como nuestro general, y a derramar la última gota de sangre
            en defensa de nuestra feé, de nuestra Patria; y sobre todo señor yo estoy aqui
            governando esto en lugar de Vuestra Merced que por aora no tiene que moles-
            tarse en venir, y solo si remitirme a buelta de este propio un nombramiento de
            su Teniente y avisarme el exito de esa Ciudad, y el paradero de nuestra gente,
            que aqui ignoramos, y solo nos empleamos en llorarle a Dios y a su Santisima
            Madre nos saque con felicidad de esta empresa, sin ser necesario derramar



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