Page 289 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Huánuco de 1812
y nó supo, si aquel le havia enseñado las casas de los principales vecinos de
Tarma: que asimismo es verdad, que en su casa lo asistió su marido y lo con-
dujo en su partida hasta el pueblo de la Oroya por no haver parecido Manuel
Puchug á quien lo havian hablado para que lo acompañase, que prontamente
regresó Juan de Dios trayendo una yegua almendrada obscura de ese foraste-
ro, que le encargó se la cuidase por haversele cansado, hasta su buelta por el
mes de Agosto del mismo año.
Hechosela cargo como niega nó haver tratado con el forastero per-
sonalmente los ante dichos puntos; ni saver si su marido le enceñó las casas
de Tarma; quando de los autos consta que tanto la que se confiesa como su
marido, familia, y todos ésos vecinos, inclusos Lorenso Amaro, y su muger,
Francisca Guizha, su hijo Leon, Francisca Andia, y Casas, Juaquin Canchan
con otros varios tenian conferencias continuas con ese emisario, alegrandose
de la venida de dicho Ynca; especialmente por las sublevaciones de Huanuco,
Panataguas, y Huamalies, diciendo que ya havia ganado el Ynca, que los es-
pañoles moririan, principalmente su marido, y Leon Guizha, el primero por
pretender coronarse, y formar su palacio en el citado citio de Tarmatambo, y
apoderarse de los bienes de los blancos con singularidad los del Coronel D.
Lorenso Antonio Cardenas, y Reverendo Padre cura de esta Doctrina; y el
segundo por no pagar sus deudas a los blancos: Diga la verdad, y nó falte á
la religion del juramento: Dijo: que es falso el cargo que se ratifica en lo que
lleva dicho: que nó save los puntos sobre si queria coronarse su marido, for-
mar palacio, usurpar los bienes de blancos. Que así mismo de todo lo demas
que se reza, y al contrario estava enfermo Leon Guizha en Pachac, distancia
conciderable: que Lorenso Amaro se hallava aucente y quando vino, dijo que
ese seria un ladron embustero que Juaquin Canchan entró una que otra ves
á cobrar sus tributos que tampoco quiso crér; que Josefa Ollero se acercó por
que enseñase el forastero su hijo, y aún le llevava su poco de leche: que ignora
si esta, y Francisca Andia supieron algo de los engaños del forastero. Que la
declarante no las havia denunciado juzgandolas por mentiras, y por que su
marido la apercivio á que nada dixese.
En este estado mandó el señor Jues suspender esta confecion para
abrirla siempre y quando convenga: y haviendosela leido, y explicadola de
principio á fin se ratificó en toda ella, vajo del juramento prestado, nó firmó
por que dijo nó saver, hicieronlo el defensor é ynterprete con el señor Jues por
ante mi el precente Escribano de que doy fe.
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