Page 576 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-6
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Volumen 6
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            ciudadano Martin Acebedo vecino del Santuario de Huacaguaca á quien reci-
            bi juramento que lo hiso por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz so cargo
            del qual ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado al tenor del
            Decreto que vá por cabeza y dijo: Que en el Octubre de mil ochocientos veinte
            y tres se presentó el Teniente Coronel Delgado con su tropa y que saquearon
            las Haciendas de Ticrapo y Llactas, y las demas haciendas de aquella vecin-
            dad, que despues entró á Pampano y alli encontró varios arrieros carabileños,
            y otros de la Provincia que marchaban con sus cargas de aguardiente, en el
            momento les decomiso todo, pero á fuersa de dinero escaparon de manos de
            Delgado todas sus cargas mulas y aparejos y á distancia de legua y media en
            Huauyanga les bolvió á quitar las bestias con sus respectibos aparejos y se las
            llebó tambien dijo que el dia de corpus Cristi del mismo año de ochocientos
            veinte y tres, llegó el dicho Teniente Coronel con su gente á Chiris, y que alli
            tenian entre varios comerciantes como cinco peanas, y algunas mulas mas
            todas cargadas de aguardiente y que se hecho sobre todo agarrandose mulas,
            aguardiente, odres, aparejos, y todo quanto pertenecía á estos comerciantes;
            y que el declarante perdió alli una carga de aguardiente con sus respectibos
            odres, y aparejos, y hasta el sombrero que tenia puesto en la cabeza. Asi mis-
            mo dijo que el dia de Pasqua de Navidad procime pasada llegaron al Santuario
            de Huacaguaca el Capitan Manrrique, y el Teniente Montes, ambos ayudantes
            de dicho Delgado, con cinco hombres de escolta, y puestos de guardian en la
            puerta de la Iglesia los iban sacando de ella, y amarrando de uno en uno em-
            pesando esta maniobra por el Alcalde á quien pusieron en libertad al siguiente
            dia, que despues vio que iban soltando muchos de ellos, principalmente á to-
            dos los forasteros á diferentes precios, és decir unos por seis, otros por catorce,
            otros por veinte y cinco, y algunos pasó el precio de sesenta pesos que despues
            trajeron para aca como veinte reclutas, y uno de ellos nombrado José Conislla,
            no pudiendo continuar la marcha por ebrio lo dejaron botado al borde del
            Rio del Santuario con dos heridas en la cabeza, otra en la mano con un corte,
            y últimamente todo el cuerpo apaleado con un sable por uno de los oficiales.
            Con lo qual se concluyó esta su declaración leida que fué de principio á fin
            en que se afirmó y ratificó, y dijo no tener que añadir ni quitar, es de edad de
            sesenta años, que no le comprenden las generales de la Ley, y no firmó por
            que dijo no saber hacer, y yo lo hise con los testigos de mi asistencia á falta de
            Escribano = Juan de Dios Melgar = A rruego del declarante Martin Acebedo, y
            como testigo = Mariano Arroyo = testigo = Isidoro Espinoza. Entre renglones



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