Page 108 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-6
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Volumen 6
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            y movimientos del enemigo, y recogiendo bestias, ganados, y hombres aptos
            para la guerra en su totalidad se pongan en estado de defenza en caso de aco-
            meter el enemigo por la costa: por mi parte no hé perdonado medio alguno
            para conseguirlo; y cuento, señor, con poder reunir en Cañete 400 hombres, y
            con ellos marchar á reunirme á la Division que se halla en lea.
                    Tambien hé recivido los pliegos que originales incluyo á Vuestra Se-
            ñoría dirigidos del Comandante General Interino de lea al Señor Coronel Es-
            tomba, por los que vera Vuestra Señoría que aunque se ig-nora el numero del
            Enemigo, se sabe que marcha á las ordenes del General Carratalá, el que había
            llegado á Puquio 28 leguas distante de la Nasca, el 13 del presente; cuyo mo-
            vimiento es para mi entender acia la ciudad de lea: yo sigo para adelante, y es
            probable consiga noticias mas positivas, las que participaré á Vuestra Señoría
            inmediatamente porque aunque quisiera duplicar mis marchas no es posible
            por la poca movilidad que se enquentrá en los Pueblos.
                    Dios guarde a Vuestra Señoría.
                                         Antonio G. de la Fuente (Rubricado)

                            C.G.Q. Mss. M.E.N.A. Fot. CNSIP. T. 8, Leg. 16, C. 12, Doc. 16.




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                    Comandancia General del Sud.
                    Pisco Noviembre 27 de 1824.
                    Al Excelentisimo Señor Livertador de Colombia y Dictador del Perú.
                    A pesar que mis deseos eran llegar á lea a la mayor brevedad, apenas
            acavo de llegar á este puerto por que la fuersa de Ninavilca ciertamente es tan
            insuvordinada como su gefe, y su marcha exijia mi presencia para no ser mas
            escandalosa.
                    Despues de entablar el mejor orden y prevenir el mas riguroso celo
            para conducirla, yo he podido concervar ciento cuarenta hombres que aller
            llegaron á Chincha y hoy pasan á lea por el camino de Chunchanga, siendo
            horroroso que los oficiales desertan como los soldados y que todos tienen pro-
            teccion en Ninavilca quien hasta ahora no ha llenado la menor de mis ordenes.
                    Me he presentado en este puerto para ver con dolor el desorden en
            la eleccion de sus Gefes, que desde luego voy relevando como en los demas



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