Page 104 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-6
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Volumen 6
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            ocho los mandé á los puntos mas interesantes á que adquiriesen algunas noti-
            cias, no regresaron.
                    Ya no me restaba que hacer en Huancavelica, por que todos los re-
            cursos se me habian negado, por que no habia una sola persona que quisiese
            comprometerse, y ya crei de nesesidad ponerme en camino para Hiscuchaca.
                    Ayer por la tarde marché para el pueblo de Huando, y en el camino
            supe que los Indios se habian sublevado. Sin embargo me diriji á dicho pueblo
            con dies hombres armados que es la única fuersa con que contaba. No tube
            mas novedad que dos tiros que me hicieron á la en-trada. Di ordenes para que
            no se les hiciese el menor daño en sus casas ni personas.
                    Esta mañana mandé á los serros a donde estavan los Indios y deserto-
            res ál Capellan Fray Manuel Zavedra, en compañía de un comicionado, para
            que les hiciese entender que nuestro Ejercito no habia sido derrotado, que á
            nombre de Su Excelencia se les indultaba, por el delito que habian cometido, y
            que me entregasen los oficiales, y dos religiosos que habian puesto presos el dia
            antes, y que no pude adquirir conosimiento del lugar donde los habian conducido.
                    La contestacion fue un fuego vivo á que ya fue presiso contestarles,
            y el primero que murió fue el Capellan, y el Capitan Tufiños que fue herido
            gravemente con una bala en una pierna, y biendome ya cortado cargué con
            quatro hombres por el camino de Hiscuchaca hasta que pude tomarlo distin-
            guiéndose sobre manera el Sargento Mayor Loli.
                    Yo creia de nesesidad marchar anoche, pero no podia desentenderme
            de los infelises enfermos, quienes presisamente serian sacrificados por la fero-
            sidad de los Indios.
                    El Comandante Fresco, el Capitan Acosta, el Intendente de Angaraes,
            dos comerciantes, y nuestros cortos equipajes, y quanto teníamos fue presa de
            estos infames.
                    Llegué á Hiscuchaca, se cortó el puente, y en el momento vinieron los
            Indios y desertores á tirotear el Batallon que estava ál otro lado del rio.
                    No son solamente Indios sinó desertores y bien armados, pues el aban-
            derado que fue á recojer las armas que habian dejado los desertores en el ca-
            mino fue tomado con todas las que habia recojido el dia de ayer.
                    Son acaudillados por un oficial Español pricionero que de orden del
            Comandante Garzon entregué ál Subteniente Castillo, que fugó por el poco
            cuidado y delicadesa de este oficial, poniendo despues de haber levantado el
            pueblo preso ál referido Castillo.



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