Page 317 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-2
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Guerrillas y montoneras durante la Independencia


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                    Viva la Patria
                    Proclama del Cura de Ambar a sus Feligreses
                    Quando el dever de mi cargo exige que yo os hable (amados Feligreses
            mios) en favor de la Justa Causa de vuestra independencia, quisiera que mi
            entendimiento se hallara iluminado con aquella luz Divina que desiende del
            Padre de las luzes, para de ese modo acertando penetrar Vuestros Corasones
            sin alterar el mio, ni trastornar la lenidad del caracter de que como Ministro
            de paz debo estar rebestido. Mas a pesar de mi poco merecimiento para con
            la sabiduria suprema, fiado en su bondad desplegaré mis labios, cierto de que
            con su aucilio podran mis espreciones influir en vosotros una propencion de
            verdadero patriotismo, nivelada con las maximas del Evangelio, de que nunca
            podremos sin delito separarnos: bajo de este preludio y de que todo mi interes
            es Vuestra Salud temporal y eterna, os pondre a la vista con la pocible brebe-
            dad aquellos datos que estime mas conducentes á persuadiros la Justicia de
            Vuestra libertad é independencia.
                    Seria nimia proligidad el referir la historia de los trese Incas que pre-
            cedieron á la horrible conquista hecha por las armas de España á Vuestros
            Abuelos; solo si os indicaré como cosa constante en la historia la rectitud de su
            govierno, por que siendo guiados por las reglas de la mas exacta moral, conci-
            liaban el egercicio de la soberanía con los derechos de la humanidad; y asi sus
            conquistas que fueron grandes las hacian mas para egercer el bien á que eran
            por naturaleza propensos, como desnudos de la Abaricia, que por extender
            su poder y grandeza. Es verdad que los Españoles trageron el Evangelio en la
            boca, pero muchos de ellos en sus entrañas la ponsoña ó pestifero beneno de
            los vicios que nunca habian conocido los originarios de esta Region; a conti-
            nuacion de esto empesaron á usar de unos derechos que solo pueden egerci-
            tarse en las cosas, mas no en las personas, tomando por pretexto para seme-
            jante abuso el haber con su benida indicado la luz de la fé y verdadera crencia;
            y hé aqui como a pretexto del Evangelio han obrado contra el mismo, por que
            debiendo comunicar de gracia lo que de gracia recivieron, han querido bende-
            roslo á precio de vuestra libertad y fortuna. No siendo fundamento alguno la
            indicacion del christianismo para egercer dominacion, vemos si el echo de la
            conquista pudo fundarles algun derecho; esta no es otra cosa que el egercicio



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