Page 260 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-2
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Volumen 2
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            de trescientos hombres al mando de Loriga en este estado, se me replegó la
            Partida del Comandante Prada; dispusimos, el que éste tomase la ruta a otro
            punto con ocho hombres, a descubrir las operaciones del enemigo por la parte
            de Chacapalpa, dejando el resto de su Partida, a mi mando con este motibo,
            y haverseme informado, que la fuerza enemiga no constava, si no de ciento,
            a ciento cinquenta plazas lleno de entusiasmo, animé, a toda la jente, que ya
            estava, a mi cargo, al efecto de desalojar al enemigo, que se havia acampado en
            una Haziendita Mineral que se llama Ataura seis quadras distante al pueblo de
            Huaypacha, despues de haber incendeado el resto de casas, que anteriormente
            havia dejado en pie. En este estado el 1° del corriente, retrocedi, a mi locacion
            de Ucumarca, donde avistandome con el enemigo, a las quatro de la tarde, con
            la muralla del rio intrancitable por el medio, nos tiroteamos. Ellos se retiraron
            a boca de noche, a su campamento de Ataura, y yo al mio en este pueblo; vajo
            del principio pre dicho de la fuerza del contrario de ciento, a ciento cinquenta
            plazas, con mi fuerza que constava de ciento dies, me propuse asaltarlo esa
            misma noche; hize pasar mi jente por el Huaro, y el 2 al amanecer principié a
            batirlo, distribuyendo mi partida en dos trozos; en cuya refriega, observé, el
            resto de fuerza, que havia tenido de reserva, no obstante, tal fue la intrepidez,
            el valor, y el entusiasmo con que nos arrojamos, que logramos ponerlos en la
            fuga mas vergonsosa, que pueda expresarse. Tuvieron de perdida seis solda-
            dos, y tres cavallos, nuestros, y tres fuciles que les tomé, a mas abandonaron
            quatro reces que tenian muertos para el rancho, muchillas, y otras frioleras,
            que la presipitasion de su fuga, no les dió lugar, a recoger. Yo experimente la
            perdida de un muerto, un herido, y un prisionero, con el agregado de una
            contucion corta, de una bala, que raspandome por la pierna, se pasó, pero
            gracias al todo Poderoso, escapé felizmente, escarmentandolo al enemigo, y
            haciendole reconoser la energia de las armas de la Patria.
                    El citado Prada reunido, a su jente, se retiró al resguardo de otros pun-
            tos de atencion, y yo de igual modo estoi en este pueblo, esperando quales-
            quiera nueva ocurrencia, que pudiera haver. Lo que partisipo a Vuestra Exce-
            lencia para su inteligencia.
                    No cumpliria con mis deveres, si no recomendara, a la atencion de
            Vuestra Excelencia el valor, arrojo e intrepidez con que se han portado mis
            oficiales Don Carlos Moreno, Don Pedro Casanova, Don Jorge Porras, y Don
            Jose Mesa, especialmente este ultimo de quien aseguro que el entusiasmo, y
            amor a la causa, lo arrostran sin temor a ningun peligro.



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