Page 38 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen  7
                                                              Causas criminales contra los rebeldes
            Buenaventura Fierro y Salazar
            (firmado)
                                                              Buenaventura de Cáceres
                                                                             (firmado)
            Marcelino Enríquez
            (firmado)

                    (Al margen: Declaración de don Manuel de Somarriba).


                    Incontinenti, para la misma diligencia, hice comparecer ante mi al ca-
            pitán don Manuel de Somarriba, a quien le recibí juramento que lo hizo por
            Dios Nuestro Señor y una señal de cruz según forma de derecho, so cargo del
            cual prometió decir verdad en lo que fuere examinado, y siéndolo del mismo
            modo que en las antecedentes diligencias, dijo que el día que nuestras armas
            contaron el quinto triunfo, que fue al paso del río de Pilpinto, estaba sobre
            un cerro cerca del pueblo de Acos (donde tenía dispuesta su retirada) Fran-
            cisco Tupa Amaro, tío del rebelde José Gabriel y su general de aquella tropa,
            queriendo impedir con un cañón de artillería que pasásemos a la otra parte
            del río, y el declarante vió el empeño con que estimulaba a sus soldados a que
            embarazasen el tránsito a los nuestros, pues a los indios, porque no querían
            bajar, les tiraba de piedras; y habiendo conseguido derrotar a aquella vil caña-
            da, se trajo preso a nuestro campo, en el que dijo que con sus papeles estaba su
            sobrino queriendo apropiarse lo que a él le tocaba por Dios, y que la culpa la
            tenía el cura de Pampamarca, pues le rogó que favoreciese al dicho rebelde, y
            él hizo que le diese los instrumentos referidos en que él era perjudicado, y que
            por complacerlo también estaba defendiendo aquél puesto de comandante.
            También sabe que a Marcos Torre, cacique de Acos y Acomayo, ha sido muy
            obsecuente al traidor, como es público y notorio, y que ambos, por éste mo-
            tivo, se han declarado por indignos del perdón que mandó publicar el señor
            visitador general. Que es todo lo que puede deponer en esta su declaración,
            que leídosela, se afirmó y ratificó en ella, bajo del juramento hecho. Dijo no
            tocarle las generales de la ley, y lo firmó conmigo y testigos que están presentes
            a falta de escribano.


            Julián de Capetillo y la Sota
            (firmado)



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