Page 75 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            haber hecho ausencia a un negocio mío; y habiendo llegado a este pueblo al
            anochecer tuve noticia como se había pasado vuesa merced adelante, a hacer
            jornada distante de este lugar; y aun con todo, por la mañana, me fue pre-
            ciso venir adonde estaba vuesa merced, a pie, con el deseo de rendirme a la
            obediencia de vuesa merced, y darle las debidas gracias y tener la gloria de
            conocer y besarle la mano; no me permitió la fortuna, pues cuando uno desea
            encontrarla se declara adversa; así ha sucedido conmigo, que cuando descubrí
            tener el gozo se me declaró en desconsuelo de no ver a vuesa merced; en fin
            como Dios [testado] dé a vuesa merced vida tendré la dicha de conocerlo.
                    En este lugar corrió una funesta noticia para con la casa de [testado]
            pariente de vuesa merced don Valeriano Bejarano, cómo los señores oficiales
            reales del Cuzco habían despachado para la provincia de Chilques soldados
            que, inesperados, con los del Cuzco, viniesen a conducir en buena guarda y
            custodia presos, a las Cajas, a dicho don Valeriano; y teniendo el pobre hom-
            bre esta noticia y la de Accha; que le participaron la misma, se fue en com-
            pañía del señor cura de este pueblo hasta el pueblo de Huanuquiti, y dijo se
            quedaría allí con algún pretexto y se pasaría adonde vuesa merced rodeando
            caminos; que esto mismo le comunicó a su mujer, y la dicha se lo participó a
            vuesa merced en una carta, que considero ya le habrían entregado por mano
            de mi señora, esposa de vuesa merced. Vuesa merced mande a toda la gente
            que se halle en ese lugar, con cuidado, y le den entrada, porque el dicho estaba
            con intención formal de irse, aun de vuesa merced, a refugiarse. Dicho don
            Valeriano dejó en su lugar a don Juan de Dios Valencia, quien despacha gente;
            y la vez pasada despachó el expresado don Valeriano a toda la gente española
            quienes con tiempo estarán ya allí con vuesa merced; la voluntariedad del cura
            de este pueblo, el dador de ésta le informará a vuesa merced; y a Dios guarde
            no me extiendo más por no molestar a vuesa merced, solo quedo rogando lo
            guarde a vuesa merced muchos años para amparo de sus paisanos. Velille y
            diciembre 16 de 780.


                    Besa la mano de vuesa merced su·muy atento y dilecto criado.
                                                      José Díaz Llantaron y Domínguez
                                                                             (firmado)








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