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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
de Mansilla, el Marqués de Corpa y Don Manuel de Arredondo, practicasen
las diligencias que les inspirase su celo a la averiguación de si en esta capital
tenía el rebelde algunos confidentes o correspondientes y de sus indagaciones
resultó la prisión de Mariano Barrera y Miguel Montiel. Cometida la sustan-
ciación de sus causas al Señor Arredondo, no encontró cosa que indicase sos-
pecha contra estos dos sujetos y Su Excelencia convencido de la inocencia, con
que supieron fingir padecían mandó ponerlos / . en libertad, haciéndoles las
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amonestaciones que interesaban en aquellas críticas circunstancias y en que
también comprendido Alejo Noguera. -Libres de la prisión resultó después
que el Señor Visitador General Don José Antonio de Areche, desde el Cuzco
remitió a Su Excelencia dos cartas halladas al rebelde y testimonio de varias
cláusulas de lo que contra Barrera y Montiel, había declarado. Son cabalmente
las mismas que inserta el papel de apuntes, indiciando también a un clérigo de
esta capital, nombrado Don Vicente Centeno; como por su contexto se venía
en conocimiento ser sabedores de sus perversas ideas, dió esta causa mérito
a que nuevamente se les aprisionase y que el Señor Arredondo les siguiese la
respectiva a la comprobación de sus delitos. Recibida a prueba, en virtud de la
Acusación fiscal, en el término de ella, se publicó el indulto general; pidieron
estos reos ser comprendidos en la gracia, y pasada la causa a la Real Sala del
Crimen, se les concedió con la calidad de no salir de esta capital hasta nueva
orden. Barrera la quebrantó y con el nombre fingido de Antonio Cordero fue
aprehendido en la Provincia de Tarma; reagravó su delito en las conversa-
ciones sospechosas que / . tuvo en esta capital con Mariano Condorcanqui
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y Andrés Mendigure, y por el mérito de su causa le sentenció la misma Real
Sala a destierro perpetuo de estos reynos y a ocho años de presidio en Africa,
con la calidad de no salir de él, sin Real Orden, y para su efecto le hizo Vuestra
Excedencia embarcar con otros reos de su clase en los navíos que salieron para
España; y de cuyos autos se tiene dada cuenta a Su Majestad y sus testimonios
están para remitirse en el navío Santiago la América.- De las primeras diligen-
cias que se practicaron contra el clérigo Don Vicente Centeno resultó haber
fallecido y puesta certificación para su constancia, se registraron sus papeles
que paraban en el Juzgado de Bienes de Difuntos, porque murió intestado y
no encontrándose indicios de sospecha, quedó sin mas actuación el asunto,
según constará de una de las piezas de autos citados en la nota antecedente.-A
los tres hermanos Ugartes, vecinos del Cuzco, y a quienes el rebelde trataba
de parientes en sus cartas, se les ha seguido causa, tanto por esta sospecha,
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