Page 287 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
(firmado)
[Lino Santiago también declara sobre los ofrecimientos de Túpac Amaru].
Inmediatamente compareció Lino Santiago, de quien bajo juramento
que hizo, siendo preguntado al tenor del auto, dijo: que habiendo entrado el
día de ayer de guardia en el cuarto o calabozo donde se halla preso José Gabriel
Tupac-Amaro, le dijo éste si sería persona de confianza, y contestándole que
sí, le prosiguió diciendo el rebelde que le daría nueve mil pesos si le traía una
lima, y entonces el declarante respondió que si le diera efectivos cuatrocientos
pesos, le traería cuanto quisiese, y así que le diera algunos de pronto, pero que
como el rebelde no tenía, le pidió papel y tinta, y no habiendo ni uno ni otro,
se lo ofreció traer; que luego que salió de guardia dió parte a su comandante, y
se le dió papel y tinta, con lo que cuando volvió a entrar de guardia se lo llevó,
y escribió un papel que es el que entregó a su comandante, y está con estos
autos escrito a su primo, pero le dijo era para un fulano Palacios, escribano de
esta ciudad, pidiéndole veinte y cinco pesos, y de no dárselos éste, escribiría
a otros; que luego salió de guardia, y habiendo vuelto a entrar, le dijo el de-
clarante había llevado el papel y no le habían hecho caso, y entonces escribió
otra esquela para don Ramón Carrillo y don Pascual Carvajal, que es la misma
que entregó en el momento y está con estos autos; que con la primera esquela
fue a ver al escribano Palacios, quien luego que la leyó, lo agarró al declarante,
lo amarró y lo trajo así .a este cuartel, viniendo con el declarante el mismo
Palacios; que con la segunda esquela fue a casa de don Ramón Carrillo, y no
habiéndole encontrado en casa, se la dejó a su mujer, quien le dijo al declaran-
te que no estaba su marido en casa, que volviese, y en efecto volvió, y entonces
dicho Carrillo le dijo que nada le debía a Tupamaro, y que aunque antes le
tenía cariño, pero ahora ni tenía·motivo ni para que quería la plata, y le volvió
al declarante la esquela que había llevado. Que es lo único que sabe y puede
decir, y la verdad, so cargo del juramento que tiene hecho, en que se afirmó y
ratificó siéndole leída su declaración. Dijo ser de edad de más de veinte y cinco
años; y la firmó su señoría, de que certifico. No firmó por no saber dicho Lino
Santiago.
(rúbrica de Benito de la Mata Linares)
Manuel Espinavete López
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