Page 764 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen  4
                                                                      Conclusión de la rebelión
                    Mas por lo que hace a los reos juzgados, según es constante en los
            autos que dirijo, se contienen en la razón certificada que acompaño a ésta, y
            son los mismos que vajo de partida de registro van remitidos a disposición de
            Nuestro Soberano en los presentes buques de Guerra que están de próxima
            partida, para hacer su regreso a estos Reynos, a cargo de Don Carmen de
            Moncada, oficial comisionado para la conducción de los Reos destinados a
            España, a efecto de que Su Magestad disponga de ellos lo que fuere de su so-
            berano agrado, sin que por ahora pueda otra cosa que participar a V. E. en el
            particular, más de la prometerme que con esta expatriación se experimentará
            la pacífica quietud del Reyno, como se ha logrado a presencia de los exem-
            plares con que los perversos han sido castigados. Lo que espero se sirva V. E.
            poner en noticia de S. M. para que, mereciendo su real aprovación, disfrute
            la confianza de haber cumplido con los resortes de mi cargo. Nuestro Señor
            aguarde a V. E. muchos años como deseo.— Lima, 1° de Abril de 1784.— Exc-
            mo. Señor, besa las manos de V. E. su más atento y devoto servidor.— Agustín
            de Jáuregui.— Excmo. Señor Don José Gálvez.
                    Excmo. Señor.— Muy Señor mío: Ya dije a Vuestra Excelencia con el
            número 188 que todos los encargos que se me hacían en la Real Orden de
            26 de julio del año pasado, acerca de Diego Cristóbal y demás de la familia,
            conocida por Túpac Amaro, estaban muy anticipadamente cumplidos, con la
            misma facilidad, acierto y pulso que S. M. deseaba. Y habiendo después reci-
            bido la Real Orden de 6 de Setiembre, en que me participaba V. E. el gusto con
            que el Rey Nuestro Señor había ya sabido, por el Virrey de Buenos Aires, la
            ejecución de esta interesante providencia, tengo ahora la satisfacción de verla
            concluída con la remisión de los reos que van en los navíos de guerra «Perua-
            no» y «San Pedro de Alcántara» que hoy se hacen a la vela, y supuesto que el
            Virrey da a V. E. esta noticia, con individualidad y extensión, me refiero a su
            informe y listas que acompaño de los reos; y entre ellos hallará V. E. a el de
            Juan Túpac Amaro que en la citada Real Orden del 6 de setiembre, me previe-
            ne se asegure; y esto es todo lo que puedo decir, para no duplicar documentos
            y para que V. E. si gusta lo participe al Supremo Consejo, por si en él puede
            extrañarse la falta de mis avisos, que en este y demás asuntos no le doy porque
            sería imposible aumentar tanto; la correspondencia que se queda con V. E. me
            parece cubre ambos objetos, y servirá a aquel sabio y elevado Tribunal para
            su gobierno, y testimonio de la veneración y respeto que yo le tributo, y de los
            deseos que tengo de que no se me pueda notar en esto la menor falta.— Dios



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