Page 889 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Conclusa esta diligencia, llamé los autos que se siguieron á 30 cristia-
nos criollos y avecindados en esta jurisdiccion, por cuyas confesiones resulta
probada la sublevacion, y averiguando el proyecto de atacar a Jujuy y apo-
derarse de las familias y caudales. En cuya vista, con dictámen y parecer de
mi Asesor Dr. D. Tadeo Davila, se condenaron á diez y siete á muerte en los
términos que verá V. E. por la copia de la sentencia adjunta, cuya justicia se
egecutó ayer 23, quedándome el desconsuelo de no haber podido merecer al
principal caudillo Quiroga, autor de esta máquina á un Suarez, y á un Eraso,
quienes andan prófugos, segun se dice, separados de los indios por el recelo
que es regular tengan de ellos por haberlos seducido: pero se han despachado
las correspondientes requisitorias en su solicitud, y hallados, procederé con-
forme á su mérito, como tambien á los demas que se vayan aprisionando.
Estos alborotos, y la poca defensa que puede hacer esta ciudad, así por
su corto número de vecinos, como por la poca satisfaccion que se tiene del co-
mun de los moradores de su jurisdiccion, y el fundado temor de juzgarse entre
los indios hasta 200 ó mas criollos, me ha precisado á dejar de guarnicion 100
milicianos del Valle: los 50 en el Fuerte del Rio Negro, y los otros 50 en esta
ciudad, que irán mensualmente relevándose, pues de otro modo no será fácil
resistir cualquiera avenida, y presumo que el miedo haga desamparar á mu-
chos sus casas y trasladarse á otra ciudad.
Bien considero, Exmo. Señor, necesita esta plaza una compañía de ve-
teranos que la custodie por ser fuerza precisa, pero reflexionando el destino
que llevan, no me he determinado á tomar resolucion, y aunque V. E. me re-
conviene que, conteniendo mi provincia el número de 20,000 individuos de
armas, se admira como no puede sacarse el necesario para su defensa, debo
representar que solo la experiencia y conocimiento de su condicion y calidad,
podria acreditar la ninguna confianza que nos prometen, y que á proporcion
es muy corto el de los sugetos de estimacion y verguenza que sepan servir al
Rey, y los demas nos hacen tener mas cuidado que los enemigos, sin saber en
que consiste la alteracion que ha causado á la gente comun el maldito nombre
de Tupac-Amaro.
Yo he tomado cuantas providencias me han parecido útiles, á propor-
cionar las mejores defensas, y aseguro á V. E. que mi pensamiento está en
contínua guerra para recapacitar los medios mas ventajosos á sostener una
resistencia capaz de escarmentar al enemigo: pero es poca la gente de honor,
y muchos los parajes á que necesita destacarse. Por fin he puesto 200 hombres
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