Page 243 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
todos aquellos rigores que pide la divina justicia, pues hasta aquí la he
visto pisada por muchas personas.
La mia es la única que ha quedado de la sangre real de los Incas,
reyes de este reino. Esto me ha estimulado á procurar por todos los medios
posibles á que cesen en el todo las abusivas introducciones; que por los
mismos corregidores y otros sugetos se habian plantificado; colocándose
en todos los cargos y ministerios unas personas ineptas para ellos, todo
resultante contra los míseros indios y demas personas, y disposiciones de
los mismos Reyes de España, cuyas leyes tengo por esperiencia se hallan
suprimidas y despreciadas, y que desde la conquista acá, no han mirado
aquellos vasallos a adelantarlas, sino que su aplicación es á estafar esta
mísera gente, sin que respiren á la queja. Esto es tan notorio, que no necesita
mas comprobante sino las lágrimas de estos infelices que há tres siglos las
vierten sus ojos. Este estado nunca les ha permitido contraerse á conocer
el verdadero Dios, sino á contribuir á los corregidores y curas su sudor y
trabajo: de manera que, habiendo yo pesquizado por mi propia persona
en la mayor parte del reino el gobierno espiritual y civil de estos vasallos,
encuentro que todo el número que se compone de la gente nacional,
no tiene luz evangélica, porque les faltan operarios que se la ministren,
proviniendo esto del mal egemplo que se les dá.
El egemplar egecutado en el corregidor de la provincia de Tinta, lo
motivó el decirme que yo iba contra la iglesia, y para contener los demas
corregidores, fué indispensable aquella justicia. Mi deseo es, que este
género de gefes se suprima enteramente: que cesen sus repartimientos:
que en cada provincia haya un alcalde mayor de la misma nacion
indiana, y otras personas de buena conciencia, sin mas inteligencia que
la administracion de justicia, política cristiana de los indios y demas
individuos, señalándoseles un sueldo moderado, con otras condiciones
que á su tiempo deben establecerseles: entre las que es indispensable una,
comprensiva á que en esa ciudad se erija Real Audiencia, donde residirá
un Virey como presidente, para que los indios tengan mas cercanos los
recursos. Esta es toda la idea por ahora de mi empresa, dejándole al Rey de
España el dominio directo que en ellos ha tenido, sin que se les substraiga
la obediencia que le es debida, y tampoco el comercio comun, como nervio
principal para la conservacion de todo el reino.
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