Page 168 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
Don Juan de Dios Ingarroca va a verse con Vuestra Merced, quien dice
ser de la parroquia de San Sebastián del Ayllo de Acanora a quien le hemos
embargado sus ganados, sebos y demás cosas; y Vuestra Merced lo examine
bien, porque dice ser Cacique de aquella parcialidad.- Venero.
Señor Don José Gabriel Túpac Amaru.- Mi apreciado y estimado Se-
ñor.- Con bastante cuidado he estado de no saber la cadencia (residencia) de
Vuestra Merced ni dónde; pues dos propios que he hecho a Tungasuca, no le
han hallado, por lo que escribo ésta para informarme, o si viene por acá para
esperarle.
Yo estoy con la gente pronta, aunque no me ha escrito Doña Micaela;
por Don Marcos supe que era muy preciso echar gente a los altos de Yanaco-
cha, pues nos habían cercado muchos soldados del Cuzco, y en este supuesto
determiné echar la gente; y Dios con su poder nos favorezca.
En orden a los fierros del Corregidor escribí a Doña Micaela cómo
Don Alejo Santa Cruz había estado con este cuidado, quien ha entregado a un
muchacho que se adelantó a dar cuenta que venían las mulas bien atrasadas,
como la gente sin alimentos; por lo que Vuestra Merced verá que dicho Santa
Cruz tenga cuidado de ella como baquiano, y mande Vuestra Merced a dicho.
Dios le guarde a Vuestra Merced con la salud plena, por quien roga-
mos a Dios todos. En este Acos, 30 de Noviembre de 1780.- Hermano y Señor,
besa las manos de Vuestra Merced su mínima. -Tomasa.
Hija.-Los portadores llevan preso a Eugenio (Cunatupa) Sinanyuca a
quien mandarás poner adentro, sin prisión, porque está enfermo, y que con su
mujer viva en un cuarto.
También llevan dos fardos, el uno con 76 piezas de bretaña, y el otro
con 5 docenas de medias, un trozo .de cinta, 12 sombreros y algunos paquetes
de navajas y cuchillos; todo lo recibirás de don Pedro Espinosa.
La adjunta esquela enviarás a Sicuani luego para efecto de que se junte
gente para Lampa.
Si faltasen cuartos mandarás abrir las tiendecitas de la Plaza para adentro.
Sé que estás muy afligida, y tu compañía lo mismo, y así no seas de
poco ánimo. Si está de Dios que muéramos, se ha de cumplir su voluntad; y
así, conformarse con ella.
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