Page 774 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Volumen 2
Asuntos económicos
A Vuestra Señoría pido y suplico con el mayor rendimiento se sirva
expedir nuevo orden a dichos Señores Oficiales Reales para que se me ajuste el
todo de lo que importa el transporte y conducción hasta Arequipa de las Armas
y Pertrechos de que voy echo cargo, que será muy de Justicia la que impetro de la
notoria de Vuestra Señoría etcétera.
Josef Mariano Correa de Saa y Peñaloza.
Al Margen:
Lima, 22 de Febrero de 1781.
Sin embargo de que para esta conducción estará librado por el
Excelentísimo Señor Virrey el pasaporte de estilo en que se prevendra a
todos los Justicias de las Provincias del tránsito el pronto auxilio de Bagajes,
y quanto concierne a allanar el transporte sin excusas, ni los inconvenientes
que se indican; y con atención también a lo que se practicó con el tren de
artillería, y municiones de conduxo a Trujillo el Condestable Juan Bautista
Barros en que se denegó la pretención de cantidad que se pidieron para vadear
los Rios de la Barranca y Santa, sabiéndose que siempre se executa voluntaria,
y graciosamente con todo lo que pertenece a Su Magestad, mayormente en las
circunstancias actuales, y caso presente en que se trata de conducir armamento
con defender a los mismos que deben auxiliar su transporte. Sin embargo de
todo para que no se equivoquen los fines de la Providencia, diríjase a Oficiales
Reales a fín de que impuestos de esta instancia obren en el asunto según la
práctica general, identidad de escasos y uniformidad de circunstancias, y en
términos que no se deje lugar a que se incomode con algún suceso solicitado
lo que esta fuera de la intención de la Superintendencia.
Ramos
En la ciudad de los Reyes del Perú en veinte de Febrero de mil setecientos
ochenta y un años, Ante mí el escribano y testigos pareció Don Pedro Miguel
de Arbilla del comercio de esta ciudad a quien doy fee conosco y confieso haver
recivido de los Señores Oficiales Reales de estas Caxas la cantidad de veinte y
quatro pesos, seis reales, importe de tres quintales de Plomo que se le compraron
a razón de ocho pesos, dos reales cada uno para despachar a la ciudad de Arequipa
a disposición del Señor Corregidor de ella en virtud de decretto de este Superior
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