Page 398 - José de la Riva Aguero - Vol-1
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Volumen 1
Documentos varios
señal de la Cruz preguntandoles si juraban a Dios Nuestro Señor de guardar,
obedecer, y cumplir los preceptos y mandamientos de este nuevo Gobierno,
respondiendo todos a viva voz con un semblante alegre y gustoso: si juramos
y repitieron esta voz por varias veces, agregando viva el Senado, viva la Re-
publica, viva el Señor Riva Aguero, por el bien que acabamos de recivir: todo
esto con mucha algaraza, toque de Campanas, clarin, Caja y mas instrumentos
que acreditaron alegria y gusto con que acabaron de hacer esta acta, y en se-
guida nos recivio el Venerable Parroco en la puerta de la Iglesia mayor con un
solemne Te Deum [roto] y acabado principio la Misa de gracias en la forma
acostumbrada y pasamos conchesa la Misa de gracias a subscrivir esta tan alta
diligencia autorizandose por el Secretario nombrado.
Martin de Andrade
Raimundo de Hijar, Alcalde y Secretario.
Excelentísimo Señor
Esta Municipalidad se cubriria de ignominia si con la actual crisis del
Perú apareciese indiferente y no puciese en exercicio su lexitima representa-
cion, y sus derechos. Su silencio seria criminal, contribuiria a la disolucion
del Estado, y atraeria sobre si la execracion de los Pueblos que reprecenta-
mos. Mas distante de estos sentimientos tan depravados y detestables, tiene
la honra de dirigirse oy a Vuestra Excelencia para exponerlo: Que disuelto el
que se llamara Congreso del Peru por general aclamacion de los Pueblos, por
perjudicial á la Republica en circunstancias de que la ocupaban los Españoles,
porque lejos de llenar los objetos de su instalacion, trataban solo de sembrar,
la divicion, la desconfianza y la anarquia, porque exaltadas fuertemente sus
paciones no tenian otro Norte que las venganzas y el particular provecho suyo,
aunque para ello quedasemos sumidos en la esclavitud, porque los poderes
que le fueron conferidos por algunos Pueblos, tendian a su felicidad é inde-
pendencia, y ellos los exercian para destruir directamente la livertad de estos
mismos Pueblos: en fin disuelto, repetimos por tan justos y notorios funda-
mentos que es impocible analizar por aora; tenemos entendido que ocho ó
diez diputados se han reunido en Lima titulandose Congreso, y usurpando
el Sagrado nombre de la Soberania Nacional. Estos desnaturalizados espera-
ron alli tranquilamente á los Españoles, y algunos tomaron partido con ellos,
creyendo seguramente estable y justa su dominacion. Pero ellos abandonaron
furtivamente la Capital, quedan los diputados comprometidos y recelan que
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