Page 326 - José de la Riva Aguero - Vol-1
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Volumen 1
Documentos varios
tancia, desde el medio de los riesgos del barvaro despotismo, preparavan el
destino, y el desinteresado amor patrio que solo anima á Vuestra Excelencia
va a consumar nuestra suerte venturosa. Benigno el cielo proteja sus votos y
deseos, y su gloriosa exaltación, llene de gloria a sus Peruanos.
Dios guarde á Vuestra Excelencia muchos años. Huacho Marzo 17 de 1823.
Excelentisimo Señor
Mariano Ayluardo
Asesor y Precidente Interino
de la Costa.
Excelentisimo Señor Presidente de la
Republica del Perú, Gran Mariscal
Pativilca Partido de Santa
Marzo 8 de 823
Excelentisimo Señor don Joséf de la Riva Agüero
Dignese Vuestra Excelencia admitir de su amigo el parabién que le dá
por la alta dignidad del Supremo mando de la Republica á que lo hán exaltado
sus virtudes: de un amigo que há manejado á Vuestra Excelencia desde niño,
y que progresivamente lo há visto desenrollando con la edad los grandes ta-
lentos que la Divina Providencia lo há dotado para el eminente puesto en que
lo há colocado: de un amigo, que en aquel triste día de su partida á España, lo
estrechó entre sus brazos con toda la ternura y sencibilidad del cariño que le
engendró el freqüente trato y conocimiento de su indole noble, dulce y ama-
ble: de un amigo que enjugó las lágrimas de tan amarga despedida á sus ama-
dos Padres y adorada hermana, con reflecciones consolatorias consemientes
á la necesidad é importancia del viage: de un amigo que en Marzo de 815 que
pasó á esa Capital, le volvió á abrazar con la fruición mas dulce de la amistad,
reintegrándose con usura del bien que habia carecido en tan larga ausencia;
tal fué la deliciosa conversación que ocupó toda la mañana de aquella alegre
visita: la agradable historia de los extraordinarios acontesimientos que ocu-
rrieron á Vuestra Excelencia en España y Francia; y finalmente, la confianza
de hacerle dueño del gran secreto (en tiempo y circunstancias arto peligrosas)
de su decidida adhecion á la Sagrada causa de la Independencia de America.
Este es el amigo que felicita á Vuestra Excelencia por tan singular plausible
motivo; claro está que es Lozano, de quien quizá no há vuelto á saber Vuestra
Excelencia desde aquella fecha, porque retirado en este rincón del mundo, no
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