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En cuanto a la asignación a los Gobiernos Locales, el 2007 la asignación, como
porcentaje del Producto Bruto Interno, era de 17,9%; ahora ha pasado a 10,2%, es decir
-7,7%.

Sabemos que con las cifras siempre se puede jugar; pero los datos están firmes ahí. Este
Gobierno sigue optando por un presupuesto y un manejo económico concebido desde la
política neoliberal y centralista, que concentra más poder en el Ejecutivo y en el Ministerio
de Economía y Finanzas, desmereciendo la capacidad de gasto y las necesidades que hay
en los Gobiernos Regionales y Locales.

Tampoco vemos una ampliación de base tributaria; es decir, se va a continuar con el
déficit fiscal ultraconservador que ha mostrado el fracaso de la política económica en el
año anterior. En ese sentido, es importante que estos temas sean tenidos en cuenta en el
debate.

Tampoco vemos que haya un combate efectivo a la evasión tributaria que, según la
Sunat, se concentra en uno de los sectores que el primer ministro quiere seguir
promoviendo. Según la Sunat, la evasión tributaria se concentra en minería y en
construcción y asciende a más de 60 mil millones de soles. Está bien que se promuevan
las actividades mineras ahí donde deban hacerse y con los controles adecuados; pero si
aquí vamos a hacer negocios que permiten que finalmente esas inversiones recuperen por
devolución del IGV más de lo que pagan, entonces hay un serio problema; más aún, si
no se contabilizan los daños ambientales y las externalidades que generan esas
actividades; y, por el contrario, solo se estiman los ingresos que van a venir por ese tipo
de actividades; pero no se calcula cuánto va a gastar el Estado, luego, para remediar los
inmensos daños que hacen.

Ya había estudios del Banco Mundial, en años anteriores, que nos mostraban que los
gastos del crecimiento económico anual de este modelo económico neoliberal perverso
podían llegar hasta 3,8% del Producto Bruto Interno; es decir, por un lado se estimula el
crecimiento y, por otro lado, no se contabilizan los gastos en los que va a incurrir el
Estado para remediar los daños ambientales; y se continúa con ese esquema.

Por otro lado, no se nos dice cómo se va a combatir severamente la elusión tributaria
que, según algunos cálculos de organizaciones de sociedad civil, podrían ascender hasta
104 mil millones de dólares a nivel anual. El ministro Thorne cuando era jefe del equipo
técnico del presidente PPK, en campaña, decía que van a terminar con la elusión
tributaria; pero sigue suspendido capítulo 16 del Código Tributario, que impide que las
empresas puedan efectivamente pagar sus tributos.

No hay ninguna medida —y me imagino que una de las respuestas podría ser ampararse
en la separación de poderes— para señalar como se va a resolver el problema de las
deudas tributarias impagas. Estamos ad portas, de que el Tribunal Constitucional pueda
fallar en favor del Scotiabank y burlarle 481 millones de soles a la Sunat. Cerro Verde ha
perdido juicios y se niega a pagar 760 millones en regalías. ¿Cómo queremos mejorar
los ingresos del Estado y la inversión pública si permitimos este tipo de drenaje de
recursos que es inadmisible?

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